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sábado, 27 de noviembre de 2010

RUBÉN BAREIRO SAGUIER - DIVERSIDAD EN LA LITERATURA DE NUESTRA AMERICA. VOL. I / LA GENERACIÓN NACIONALISTA – INDIGENISTA / Editorial Servilibro, 2007.

 
DIVERSIDAD EN LA LITERATURA
DE NUESTRA AMERICA - VOLUMEN I

Autor:
RUBÉN BAREIRO SAGUIERColección Bareiro Saguier
Editorial Servilibro,
Dirección editorial: Vidalia Sánchez
Diseño de tapa: Bertha Jerusewich
Asunción-Paraguay, 2007

INDICE· ENCUENTRO DE CULTURAS
· EL MUNDO INDÍGENA Y LA LITERATURA CONTEMPORÁNEA
· TRAYECTORIA Y PROYECCIÓN DE LAS LENGUAS AMERINDIAS
· CÉSAR VALLEJO Y EL MESTIZAJE CULTURAL
· JOSÉ MARÍA ARGUEDAS O LA PALABRA HERIDA
· HORACIO QUIROGA: LA TERCERA ORILLA DE LA FRONTERA
· ESTRUCTURA AUTORITARIA Y PRODUCCIÓN LITERARIA EN EL PARAGUAY DEL STROSNISMO
· LA GENERACION NACIONALISTA - INDIGENISTA DEL PARAGUAY Y LA CULTURA GUARANI

//

Recorriendo sus páginas se podrá constatar las características profundas de nuestro acervo: los temas planteados no se reducen al simple análisis de la textualidad ibero - americana, sino que penetran los recovecos profundos de las lenguas indígenas que enriquecen nuestras letras, a lo largo y a lo ancho del continente, desde México y el Caribe hasta la Tierra del Fuego y la Araucanía. Es así como están presentes en estas páginas las etnias autóctonas, las cuales han sido exterminadas despiadadamente en el norte anglo - sajón.
Como se puede constatar en varios ensayos, esa conjunción de nuestras lenguas raigales con el castellano, idioma privilegiado de nuestra literatura - que nos conecta con 400.000.000 de hablantes en todos los continentes -, ese encuentro, esa conciliación de culturas, enriquece y dignifica las letras de Nuestra América. Es una manera de asumir la expresión profunda de nuestra identidad, es una forma de navegar en el océano sin orillas de nuestras lenguas.
Otros temas, para mí capitales, se enfocan en los distintos ensayos, tal como la insalvable mediocridad de las letras (o letrinas, si se me permite una expresión no tan elegante pero cierta) de los escribas que presentan la siniestra dictadura estrosnista en sus treinta y cinco años del vergonzoso régimen que humilló al pueblo, prostituyó la sociedad e impuso la corrupción, el crimen político y la desaparición forzosa, la prisión, la tortura y el exilio de los que no aceptaban el “paraíso de paz y progreso” del tiranosaurio, uno de los líderes de la operación Cóndor. Hay cosas que no se pueden, no se deben olvidar, para que nunca más.... puesto que esa mancha sangrienta también hace parte de la historia reciente de Nuestra América, mal que nos pese.
Felizmente, los temas, los autores, las tendencias, las corrientes más diversas y enriquecedoras desfilan por las páginas como una propuesta de recorrer apasionadamente aspectos y características de la cultura de nuestro continente.
Los artículos que integran los volúmenes han sido publicados en prestigiosas revistas de América, Europa y otros continentes, o integran el material de libros colectivos de entidades culturales, como la UNESCO o universidades diversas.

Como indica el título de los dos volúmenes que se presentan, los mismos reúnen un conjunto de ensayos, críticas, reflexiones, concordancias y discordancias sobre temas y autores de Nuestra América, tal como el maestro José Martí denominó nuestra identidad cultural, diferenciándola de la otra, que pretende apoderarse del nombre.



LA GENERACIÓN NACIONALISTA – INDIGENISTA
DEL PARAGUAY Y LA CULTURA GUARANI

Luego de la hecatombe producida por la guerra contra la Triple Alianza (1864-1870), la primera generación cultural aparecida, llamada del 900, tiene como fundamental quehacer la reivindicación nacional, como una manera natural de afirmación ante el peligro de desaparición que corrió el Paraguay en la contienda. El discurso de los componentes de la generación novecentista excluye sin embargo la cifra indígena, aunque a veces aborda el tema de la lengua aborigen. Es más, los términos utilizados para definir la cultura guaraní son profundamente despectivos. Sólo citaré al ensayista cuyas obras tienden a una afirmación positiva, MANUEL DOMÍNGUEZ. Y bien, cuando este autor optimista habla del "indio infeliz", dice: "El cristianismo y la música dulcificaron la crueldad nativa del indio antropófago" (pág. 29) (1). El criterio rotundamente europeo-centrista está expresado en una frase como: "Este pueblo (el paraguayo) es blanco, casi netamente blanco" (pág, 55), rematada con esta otra: (los paraguayos desde la época de la colonia ya eran) "más blancos, más altos, más inteligentes, más hospitalarios y menos sanguinarios que los otros" (habitantes de América). Y todo esto gracias a que "en el Paraguay había desde el coloniaje 5 blancos por un hombre de color, indio o negro, y en las otras colonias, según Du Graty, había 25 hombres de color por un blanco" (pág. 56).
Los novecentistas aplicaron el evolucionismo positivista para consagrar la inferioridad del indio guaraní con respecto al componente "blanco" del pueblo paraguayo. Notablemente, es la misma doctrina positivista la que sirve de apoyo "científico" para fundamentar la reivindicación indígena, tal como la entienden los integrantes de la siguiente generación, la nacionalista-indigenista. Pero además del cientificismo positivista, los escritores que componen este grupo se basan en criterios estéticos. En el caso, el auge de la escuela modernista hispanoamericana les ha marcado, sin duda alguna. Los modernistas, que se consideraban esencialmente "cosmopolitas", utilizaron sin embargo la figura del indio y ciertos elementos fónico-lexicales de su lengua como factores exóticos o de extrañamiento. Es en esta vía que la influencia modernista se cumple en la generación indigenista paraguaya, aunque la presencia de la cultura guaraní y otros factores históricos, condujeron a sus integrantes más allá del mero aspecto estético.
Analizaré la tarea del grupo a través de cuatro autores que considero claves: MOISÉS S. BERTONI, NARCISO R. COLMÁN, ELOY FARIÑA NÚÑEZ y NATALICIO GONZÁLEZ. Lo que el primero realiza en el plano ideológico, el segundo lo cumple al nivel de la escritura, y los dos últimos al de la estética, a lo cual González agrega la utilización del nacionalismo para fines de la praxis política.
Mi propósito es confrontar el contenido religioso de la obra de estos escritores ante el concepto de Tupã, divinidad escogida por los (evangelizadores) para designar al dios cristiano. Los guaraníes tenían un dios, supremo creador, Ñanderuvusú, Ñamandú o Tenondeté (según el grupo podía cambiar la denominación). Pero los autores de la "conquista espiritual" no realizaron la suplantación religioso-cultural a través de esta divinidad; utilizaron para ello el nombre de otra, Tupã, secundaria aunque de indiscutible consideración en el panteón guaraní. Tupã manejaba los elementos: la lluvia -de enorme importancia en una sociedad agrícola-, el viento, el rayo, el relámpago, el trueno, factores que eran fuentes de respeto o temor por parte de los indígenas. Con bien pensada premeditación los evangelizadores utilizaron el símbolo de un dios que unía en sus atribuciones el beneficio de la lluvia al temor del rayo o el trueno. Con ello definían claramente la idea que querían dar del dios cristiano: todopoderoso y temible. Considero que la actitud de aceptación o rechazo de este concepto colonial constituye un patrón referencial definitorio para juzgar del contenido ideológico de los escritores de la generación nacionalista-indigenista.
El maestro indiscutido, formulador "científico" de la teoría indigenista es el naturalista suizo-paraguayo MOISÉS S. BERTONI (1857-1929), autor de múltiples obras sobre la "civilización guaraní"; aquí me referiré al tomo II (2). Sólidamente formado en la escuela positivista europea, Bertoni se muestra partidario de la tendencia evolucionista. En este sentido, su inquietud constante es la de relacionar o comparar la "civilización guaraní" con las otras "grandes civilizaciones" de la antigüedad: Egipto, Asiria, Babilonia, Judea, Grecia, Roma. La preocupación esencial de Bertoni es la de demostrar que los guaraníes "alcanzaron el concepto del Ignotus Deo", es decir la máxima abstracción religiosa en el marco de su doctrina evolucionista. Para fundamentar su demostración se refiere largamente al proceso semejante entre los egipcios, a propósito del dios Ra y entre los griegos en función de Júpiter. Esta constante remisión a valores de otras estructuras religiosas "de prestigio" le lleva a afirmar que la religión guaraní es "válida" porque los principios y creencias de la misma son tan "avanzados" como los de esas culturas "superiores", especialmente los de la religión judeo-cristiana. A Bertoni le interesa fundamentalmente la relación, de "igualdad" cuanto menos, de la religión guaraní con respecto a la católica. Así en un párrafo, al referirse a la etimología de Ñanderú-Tenondé entre los mbya, afirma que esta divinidad es "Padre de Todos, de toda la humanidad", superior en consecuencia al Dios de Israel, padre sólo del pueblo elegido (pág. 63).
Sin embargo, Bertoni conocía perfectamente la obra de Kurt Nimuendajú Unkel (3), el investigador alemán que con su trabajo etnográfico entre los apapokuva revela, por fin, el verdadero carácter de la religión guaraní, superando el largo condicionamiento elaborado por los misioneros. Inclusive cita pasajes en que aparece Ñanderuvusú, dios supremo creador en la mitología guaraní. Pero con una serie de malabarismos verbales adhiere a la doctrina colonial de los evangelizadores, aún reconociendo que la equivalencia Tupã = Dios católico ha sido adoptada en función y a los efectos de la conversión de los indígenas, aceptando implícitamente la tarea de suplantación cultural realizada por los catequizadores, justificándola. Es sumamente interesante conocer la justificación dada por Moisés Bertoni de la adopción del nombre de Tupã por parte de las reducciones jesuíticas:
Los primeros catequizadores tuvieron acierto al dar el nombre de Tupã a Dios. Desde el punto de vista práctico, Tupã es la forma de Dios humanizada y, por lo mismo, el aspecto más asequible a la generalidad; desde el esencial, Tupã es la antropoformización de conceptos abstractos que representan atributos de Dios, el poder creador y la suprema justicia; y es mi impresión que materialistas y antirreligiosos se equivocan al reprochar a aquellos la forma de proceder.
La palabra Tupã, evocando un concepto espiritual de su esencia y algo antropojórmizado en su representación, se ajustaba indudablemente a lo que los Jesuitas necesitaban como correspondiendo al vocablo "Dios". Ya análogamente la Iglesia Católica había adoptado la palabra "Dios", o "Deus ", en vez de Jehováh, siendo así que este último debía corresponder al que adoramos, y no a aquel, que representa el Dios de los paganos.
Los misioneros Jesuitas llamaron Tupã con todo acierto al nuevo Dios que traían, porque éste era sobre todo la persona de Jesús.
Tupã, la forma divina más próxima del hombre, guarda, en efecto, correspondencia con Jesús. Tenondeté está más alto. Es más misterioso e inaccesible, y no invocable. Los Payé sólo alcanzaron a mantener trato directo con Tupã. Tupã es el hijo menor de Ñanderuvusú, dice Unkel.
Tenondeté es Dios espíritu. Es Dios Padre. Tupã es Jesús. Sólo falta el Espíritu Santo, o sea, la creencia en una Trinidad. Aquí es una dualidad. Explicase por tal manera que los paulistas proclamasen que no hay diferencia entre el cristianismo y la religión guaraní (págs. 59-60).
Como se puede apreciar, la argumentación de Bertoni constituye un reconocimiento expreso de la validez del pensamiento colonial, en función de la conversión y en base a una ineludible remisión comparatista al patrón "superior": judeo-cristiano. ¡Llega hasta a reprochar-casi lamentándose- a los guaraníes que no hayan completado la Trinidad católica! Implícitamente esta constituye la única "inferioridad" de la religión aborigen con respecto a la de los conquistadores. En otros pasajes llega a falsedades -posiblemente por desconocimiento- tales como:
"Las invocaciones y plegarias no se elevan sino a Tupã, al Sol y a las deidades menores" (pág. 61). Afirmación errónea, como puede comprobarse por las investigaciones de León Cadogan o Pierre Clastres, que transcriben múltiples plegarias a Ñanderuvusú, entre los mbya del Paraguay.
Comprender el pensamiento de Bertoni, maestro y mentor de la generación, permitirá entender las contradicciones de los demás integrantes de la misma.
Paso a considerar la obra de NARCISO R. COLMÁN (Rosicrán) (1880-1954), el primer paraguayo que escribe una cosmogonía guaraní: ÑANDE YPYKUÉRA (NUESTROS ANTEPASADOS), cuyo subtítulo es: "Poema guaraní etnogenético y mitológico" (4). En esta obra el autor se pliega servilmente a todos los condicionamientos de la reducción colonial evangelizadora, y va mucho más lejos que Bertoni, quizá por carecer de la formación del maestro. Paso a las pruebas de diferentes aspectos de la visión alienada en la obra de Rosicrán.
En el capítulo I -nota No. I-, Tupã es presentado como "Dios Supremo de los guaraníes". En el mismo capítulo se le atribuye la “organización” de la Tierra, con la aparición del trueno, el relámpago, el rayo y el granizo. "Los elementos, dirigidos por una mano monumental y bárbara traban la más formidable batalla que haya conmovido jamás la faz del universo" (pág. 5). La lluvia -que completa la implícita enumeración de los atributos del dios- termina con el proceso de la creación de los "elementos", con lo cual la Tierra se vuelve habitable. En el capítulo II se asiste al origen de la pareja humana: Sypavé ("Madre común de la Raza Americana"), creada por la esposa de Tupã, Arasy, y Rupavé ("Padre común de la Raza Americana), creado por Tupã. Ambos han sido modelados en arcilla, "a su semejanza" (la de los creadores), con lo cual se comprueba la presencia de elementos cristianos en la cosmogonía de Rosicrán. Y no es sino el comienzo de los componentes de esa procedencia, profusamente distribuidos a lo largo de la obra. En el mismo capítulo II se insertan algunas flagrantes nociones cristianas: la vida humana como un tránsito sobre la Tierra, la noción del pecado, la culpa, la lucha entre el bien y el mal, las interdicciones de la ley mosaica -algunas, mezcladas con prácticas indígenas- y hasta los sacramentos católicos, como el matrimonio: "Aquellos que se hayan unido en matrimonio deben ayudarse mutuamente, debiendo repartirse cordialmente los frutos" (págs. 7-8).
La contradicción de los indigenistas va lejos en la obra de Narciso R. Colmán. En algunos casos muestra la forma grotesca del desprecio colonial hacia el indígena; así cuando define el Yvyjáu, dice: "Ave nocturna del Paraguay, célebre por su indolencia (...) Es como el indio, por su pereza o dejadez" (pág. 48). He aquí en todo su esplendor el mito del "indio holgazán", creado por el colono explotador. En otros párrafos se trata de la ideología colonial de la superioridad del "blanco": "...hasta que arribe a las playas de estas tierras el verdadero señor, el caraieté (18) que vendrá un día para marcar el destino de este continente..." (pág. 7). La nota (18) aclara lo que el autor entiende por Caraieté: "Caraí (i carai vaecué) = El que ha recibido el bautismo. Caraivé = hombre civilizado, que lo fueron los atlantes; y carai-eté = más civilizado, los europeos representados por Colón-(pág. 48). La ideología en cuestión está largamente desarrollada en los capítulos XXIV y XXV (págs. 42-44) de Ñande Ypykuéra. Este poema, largamente reconocido por los indigenistas paraguayos como la más representativa obra literaria en lengua y sobre la cultura guaraní, resulta, al nivel de la escritura, una clara realización de la ideología colonizada.
ELOY FARIÑA NÚÑEZ (1885-1929), en la segunda parte de su libro CONCEPTOS ESTÉTICOS - MITOS GUARANÍES (5) aporta una fundamentación estético filosófica a la idea de Tupã como dios supremo creador entre los guaraníes. Fariña Núñez, poeta modernista y fervoroso helenista, era un adepto convencido del evolucionismo positivista, en boga por entonces en el Río de la Plata. En esta línea, el autor establece constantemente grados en la evolución de la cultura, remitiendo a comparaciones con las civilizaciones que él considera fundadoras o de gran prestigio:
Un pueblo cuya imaginación creó las estupendas divinidades hindúes, debió ser necesariamente primitivo; una humanidad, capaz de alzarse hasta la concepción metafísica de la diosa razón, como la helénica, tuvo que ser, como efectivamente lo fue, intelectual; una gente, que forjó números sombríos y secretos, debió estar dotada, como la egipcia, de una rica sensibilidad religiosa, y una raza, que apenas llegó a poblar la umbría de la foresta y el espacio nocturno con seres sobrenaturales, habrá sido forzosamente, como la guaraní; una especie de imaginación mítica rudimentaria (pág. 166).
La obsesiva manía comparatista-evolucionista se manifiesta constantemente:
¿Cuál fue la causa del estancamiento de la civilización guaraní? ¿Por qué se detuvo la línea de la evolución? Acaso la falta de contacto con civilizaciones superiores, como la de los Incas, mediara en el fenómeno (pág. 172).
Cuando analiza "el mito de Tupã" se refiere en forma permanente a Zeus. Es interesante ver la argumentación construida para probar "la divinidad de Tupã", y su correspondencia con la idea de Dios. La misma revela inconsistencia racional y alienación colonial, en la línea de la más pura tradición evangelizadora:
El sonante Tupã tuvo, como el olímpico Zeus, su ocaso; desde la conquista espiritual hasta nuestros días, Ñande-Yara, esto es, Nuestro Dueño o Señor, fue sustituyendo paulatinamente a Tupã hasta desalojarlo por completo en algunos pueblos (... ) El paulatino reemplazo de Tupã con Ñande Yara, vendría a probar la autoctonía de Tupã, vale decir, del concepto de la divinidad.
Otra prueba de que la voz Tupã corresponde a la idea de Dios, la brinda la traducción guaraní de la Virgen, Tupã-sy, madre de Dios. Con la palabra Tupã se formaron igualmente las expresiones: Tupamba'é, cosa de Dios, el común, la limosna; Tupa-hó, casa de Dios, templo, Tupanoi, la bendición (pág. 188).
Lástima que nuestro autor no hable de los que inventaron esas palabras; con ello tendríamos la clave de la sustitución. Finalmente, resulta divertida la digresión filológica peregrina a propósito de la raíz pá, inserta en Tupã, según Fariña. En la misma, el etimologista va de "las lenguas arias" a la onomatopeya guaraní (pã = golpe = trueno), pasando por la "Torre de Babel" bíblica y el "pan griego".
Las afirmaciones de Fariña Núñez se cumplen siempre por comparación con factores extraños; en ningún momento los elementos de la cultura guaraní funcionan en el ámbito del propio esquema, en la escala de valores que le es propia. La alienación ideológica de los indigenistas se confirma de nuevo en la obra de este autor.
NATALICIO GONZÁLEZ (1897-1966), el cuarto autor indigenista, se inscribe, con matices, en la misma línea de los anteriores. Poeta de filiación modernista, como Fariña, su concepción estética le hace exclamar:
Pálido Cristo, yo no soy cristiano.
El gran Tupang en nuestro cielo mora.
…….
Creo en Tupang, mi fuerte Dios nativo
En su poder para abatir al malo...
("CREDO", en BALADAS GUARANÍES)

En su obra PROCESO Y FORMACIÓN DE LA CULTURA PARAGUAYA (6) se muestra categórico con respecto a la opción de los misioneros: "Tupang es el mayor de los dioses guaraníes, o mejor dicho, el dios único, ya que los otros genios son meras fuerzas creadoras que contribuyen con su acción al proceso constructivo del mundo, pero no son de esencia divina" (pág. 83). Del dios supremo creador ni una palabra, pese a que tenía noticia del mismo, como se verá.
En su libro IDEOLOGÍA GUARANÍ (7) ratifica la supremacía de Tupã, basado en los primeros cronistas-evangelizadores europeos. Sin embargo, González re-traduce, en el citado volumen, un fragmento del génesis apapokuva, recogido por Kurt Nimuendaju. Su versión, plagada de errores, realizada además luego de la publicación de la obra de León Cadogan, revela su decidida mentalidad colonizada. El creador Ñanderuvusú, por ejemplo, es llamado en su traducción "el Abuelo"; Ñande Ru Mba'ekuaa (Nuestro Padre Conocedor de Todas las Cosas) se convierte en... Padre serpiente, quizá por influencia-arbitraria-de las mitologías mesoamericanas. Al final de su versión González comenta: "Aquí y allí asoman notas de ternura y delicadeza, algún detalle de exquisita gracia. Constituye, indudablemente, una deliciosa página de égloga..." (pág. 58). Totalmente ajeno al contenido profundo del génesis guaraní, se limita a hacer mundanos y superficiales comentarios "de estilo", naturalmente remitidos a la égloga griega. Como si no fuera bastante esta forma de alienación en función de valores extraños, a renglón seguido pone en duda el mito del diluvio guaraní, recogido por Nimuendajú, "donde se advierte el influjo de los misioneros sobre las tradiciones milenarias de la raza", afirma tan campante, sin pensar en su dependencia obsecuente con respecto a la palabra de los evangelizadores. Si hubiese leído con un poco más de atención a los cronistas, cuyas obras cita servilmente como incontestable fuente, se hubiera enterado que ya Evreux o el "veraz Lery" -como le llama-, así como Thevet, Cardim, Staden b Montoya dan cuenta de la existencia del mito del diluvio en los diferentes grupos guaraníes con los que ellos estuvieron en contacto, y que el mismo nada debe a la influencia cristiana.
La dudosa tarea de extraer contundentes conclusiones de etimologías confusas, inciertas y fantasiosas -terreno peligrosamente resbaladizo-, muestra la falta de consistencia de los argumentos de Natalicio González, quien además utilizó el impulso reivindicador indigenista a fines personales de inducción política demagógica. A este nivel, la empresa de condicionamiento cambia de nombre, y de debilidad argumental se convierte en mala fe.
A través del análisis -especialmente centrado en la noción mítico-religiosa de la divinidad y en la de su transposición- de la obra de estos cuatro autores se puede comprobar la alienación colonial del pensamiento dominante entre los integrantes de la generación nacionalista-indigenista, las contradicciones de una actitud ambigua en sus bases y contraproducente en sus resultados.
Ha sido necesaria, la presencia de etnógrafos, antropólogos y lingüistas dos décadas más tarde - precedidos por Kurt Nimuendajú-, para superar el condicionamiento anotado y las contradicciones profundas de quienes pretendían reivindicar los valores de la cultura guaraní y seguían atados a la ideología impuesta por los colonizadores y evangelizadores a los efectos de la reducción y la suplantación cultural.


NOTAS
1) Domínguez, Manuel. EL ALMA DE LA RAZA, Asunción, 1918, Editorial Cándido Zamphirópolos.
2) Bertoni, Manuel S. LA CIVILIZACIÓN GUARANÍ (Parte II) Religión y Moral. Buenos Aires, 1956, Editorial Indo-americana.
3) Nimuendajú Unkel, Kurt, "DIE SAGEN VON DES ERSCHAFFUNG UND VERNICHLUNG DER ALS GRUNDLAGEN DER RELIGIÓN DER APAPOCUVA-GUARANÍ", en "Zeitschrift für Ethnologie", Nos. 2-3, 1914, Berlín, 1914. La obra fue traducida al español y al guaraní paraguayo, y publicada en edición mimeografiada, en 1944, por Juan Francisco Recalde.
4) La primera edición, en guaraní, apareció en Asunción, en 1929. Aquí utilizo la traducción al español realizada por el mismo autor, editada en San Lorenzo, 1937, Imprenta Guaraní.
5) Buenos Aires, 1926, Talleres Gráficos Mariano Pastor.
6) Asunción, 1948, Editorial Guaranda.
7) México, 1958, INSTITUTO INDIGENISTA INTERAMERICANO.

viernes, 26 de noviembre de 2010

AUGUSTO ROA BASTOS - ÑANE ÑE’EME / Fuente: POESIAS REUNIDAS - Edición de MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ / Editorial El Lector, 1995.



ÑANE ÑE’EME
Amaê yparaguayre
che resa angako ikâ
Emiliano R. Fernández
Poesías de




TETÂ AMBUE GUIVE
a CARLOS F. ABENTE

Hyjuiva ñande juru
ñahenoiro hera mi
ndijaivaicha mbyju'i
omohagêva yvytu.

Jepiguaicha ndaje oiko
ñane retâ Paraguay
ñembyasy omboje'o
ha mbegue katunte okai.

Ñane muangekoi haguâ
tetâ ambuepe oguahê
ku omboguahuva jagua
tuguy ryakuâ ha pyahê.

Ara tiricha hendy
ha oikytî ñande resa
oisu'uva tetâygua
maymava amo mombyry.

Ña mañake mitâ kuera
anike ña sapymi
vokointe ikatu porâ
ña huâ'îmbante avei.

Ñande retâ porâite
ojajai vaekue yma
ogue ha iñipytûmba,
oiko ichugui tapere.

Ñahenduramo oñe'ê
pytumbype ha oheka
ñande korasô renda
ojeko haguâ hese,

ñamohendake ipype
ñane retâ mombyry
ñame'ê haguâ ichupe
ñande angapy pu rendy.

Aniangakena jaity
tesaraipe ku ipepo
oikova hoky hoky
ipehengue omono'ô.

Ko tetâ ambue guive
jaipovâne ipore'y,
topa ñande rekove
jaiko rangue tyre'y.


TEKOVE HA’EÑO
Ambojerovia haguâ
che kyhyje ha che kera
aiko añemoakângyta
che kysepe ha nde rera.

Apay vovente ajuhu
ikusugue che akâ guype
kyse chavi ha ijypype
petei yvoty che retû.


TESA PYPUKU PURAHEI
a RUDI TORGA
- Mba'e tepa nde, che sy, tesa?
- Ovetâ mokôi.
- Ha mava piko oñatôi?
- Mandu'a po mombyry.

- Ko'ê resay apytepe
kuarahy ojajaipa,
ku yvagajahayhuha
ndo guejyi che resa ykepe.

- Ñande resa, che memby,
pyhare vai omo'â,
ha peamome ichugui kuera
omano vaekue omañâ.


KUATIA ÑE’E
CHOKOKUEPE OHOMIVA
Ha’evema nde tindy ha ñembyasype
nde koga heñói’yva remyaky,
ha’evema itanimbu nde pyta guype
yvy ombopytuhova temity.

Neike eipyhy hatâ pe nde pyapype
ha embovevui nde rekove apy,
reipytyvô haguâ ko pytumbype
ara pepo ohekava nde ati’y.

Kirirî pireguypema osysyi
py’a mbarete ojupíva nde rapogui
ha po’a jehekápe nde rypyi.

Nde rekove py’a rasy reikogui
ha’yi’o pyréma okui nde pogui
ha peína ohesapéma nde tapyi.


MBARAKA OKARA
a SILA GODOY
Ñembyasy ha angata mboypyri oîva
amyi ha mombyry muangekoi hára,
mbegue katu y’hovyicha ojaho’iva
kuimba’e pyti’a, mbaraka okara.

Ko ñe’â yvyra nde perêrîva
ka’aguy teko ypy mborayhu jara,
kuña porâ reteicha terâ ygara
pe chokokue poguypente ipotyva.

Ipurô hína mbaraka okara
vy’a marangatu ha’e ombo’yva
ha iku’agui oveve pytû ha ara.

Ipupe ha’e omoirû purahei kuera
ha ohekyi ñane âgui ku hendyva
mainumbyicha oveveva, ñande kera.


ÑEMOMARANDU
a ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE
(Ohecha ha ohendu vaekue ikerape
yvyjara poguasu)

Eguapy ekaru ne año
ne ryvatâ peve,
kerambu ko ivai
rejapysaka haguâ
tembiguai ñe’ê po’ive

Ore roha’arôta nde kera rembe’ype
kirirîhapemi.

Hendy vera ko nde roga porâite,
Karai mba’e guasuetente oguerekova.

Ani nde pijoha,
tatatinante ko ombojaho’íva
nde o’py reke jave.

Oikema nde kotype ka'aguy,
mba’emeguâ ryapu,
mboi otureñe’ê nde ava apytepe,
peina ñakurutû
opoprandu pytûme nderehe.

Anikena otytyi nde apytu’û,
ñe’îra gueteri
iñapysé ko’ê.

Ekaru potî porâ,
akointe tapiaguaicha,
hei’u mbeguekatu
ku otykyva nde pope
tembiguai ry’ai repy
ha umi mboriahu eta okara
remosêva nde yvygui,
tera remuñaukava
ka'irâi roga guasupe
oñembo tukumbóva Takumbupe.

Nde rereko yvy ha yvypora,
ha ty’ai ore roguereko.
Nde rereko vaka ha plata ita,
ore ry’ai japopyre.
Nde rereko ysyry ha ka’aguy,
ore, teko asy.
Nde mba'eve nde rerekoi,
opaitembae oiva oremba’e.

Opykotyo nde roga omimbipa,
ha ore pytu omboguema itataindy.

Ani nde py’a tytyi
nde kerape jepente eñemoirû,
nde kangue morotî hatiaimbava
eñapytî porâ,
mbokaperna emboty pe ne rokê
ha yvagante ehenoi
terâ umi poguasu nde javeve.

Ore roha’arôta gueteri,
ara jere omopererîma teko asy.

Mba’eicha ite rupipa ko che rogape
peike peê mondaha!...,
resapukai soro pochy vai
ha rendyvu orerehe.

Repay vove
reñanduta nde rova iñapôvô
nde cesa iñaky
ha nde rupa he’ô mbaite
ty ha ty’ai ha tesay jehe’a pype, karai.

Nde mandu’ake orerehe,
ko’êrô, ko’êroitentema voi
jajohecha jevyta
ñambojoja jevy ñande reko
ñañemoî peteî ñe’ême
tekopyty porâme ko yvy apere
opa yvypora mba’e rekotee.

Nde mandu’ake orerehe
jajohecha jevyta,
karai...

ÑEMYRONDE AMYRYI REMIMONDO
a FÉLIX FERNÁNDEZ
Yvytu kanguy oipejuva
ka’aru pytû vove
hyakuâgueminte ogueruva
vaicha che pire ojope.

Ndaikatuirônte jepe
amboty che popytepe
omoheñói che retepe
akânundu perere.

Mba'eicha tamo ra’e
aisambyhy ku ipepo
aikatu haguâ aipo’o
ichugui juayjhu pyre.

Rasa itema aha’arô
ko tape puku ku’ape
che ñuguaitî gua’u hape-
nte jepe ha che oñyrô.

Che korasô ma ajokuai
ambohakykue reka,
marâmove ndo topai
ha’e jepeve opyta.

Kuarahy japopyre,
ñane retâ ojaho’i
heta mba’asy vai
imberu no’ô hese.

Ho'a jave pyhare
ndohasaveima yvytu
okuera che akanundu
ague paite mi rire.


Fuente:
POESIAS REUNIDAS
COLECCIÓN POESIA, Nº 1
© de la introducción, compilación y notas: MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
© De esta edición:
1995, Editorial El Lector
25 de Mayo y Antequera - Asunción
Diseño gráfico: MIGUEL ANGEL FERNÁNDEZ
Composición y Armado: Gilberto Luis Riveros Arce
Edición al cuidado de M.A.F.
Tirada: 1.000 ejemplares
Hecho el depósito que marca la Ley 94.
Asunción - Paraguay 1995 (307 páginas)


 

lunes, 8 de noviembre de 2010

MIGUELÁNGEL MEZA - ITA HA’EÑOSO / YA NO ESTÁ SOLA LA PIEDRA (Edición bilingüe) / Alcándara Editora, Colección Poesía, 37 - 1985.



ITA HA’EÑOSO / YA NO ESTÁ SOLA LA PIEDRA
(Edición bilingüe)
Poemario de MIGUELÁNGEL MEZA
Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
Traducción al castellano de
CARLOS VILLAGRA MARSAL,
J.A. RAUSKIN y el autor.
Colección Poesía, 37
© Miguelángel Meza
Alcándara Editora
Edición al cuidado del autor, J.A.R., M.E.V.M., C.V.M. y M.A.F.
Diseño gráfico: Miguel Ángel Fernández
Viñeta: Carlos Colombino
Tiraje: 750 ejemplares
Hecho el depósito que establece la Ley 94
Se acabó de imprimir el 25 de setiembre de 1985
en los talleres gráficos de Editora Litocolor
Asunción, Paraguay (93 páginas)


Y tanto se da el presente
Que el pie caminante siente
La integridad del planeta
JORGE GUILLÉN

Desde la animación cosmogónica al glacial cataclismo del tiempo, la poética de MIGUELÁNGEL MEZA (Caacupé, 1955) inscribe la asistencia del hombre al planeta; acompañándolo, el horizonte y la arena, los astros y el agua danzan lentamente, investidos en una grave luz de origen, en convocatoria sucesiva que no excluye la piedad o el cariño hacia las otras criaturas trajinantes en la luz de esta tierra. Con tales apetencias, compuestas durante un porfiado combate semántico donde la precisión puede con la violencia, ITA HE’EÑOSO configura el más importante propósito de modernidad en nuestra poesía culta en guaraní de los últimos cuarenta años, constituyéndose por ello mismo en un libro renovador, en la acepción generosa del vocablo. Dos palabras sobre la versión en castellana de estos poemas: hemos trabajado, en lo posible, con criterios de equivalencia antes que de literalidad, procurando además trasvasar las músicas del original mediante el uso frecuente de los metros españoles de arte mayor, así como de los populares, valiendo como buen ejemplo el octosílabo que traduce el título: YA NO ESTÁ SOLA LA PIEDRA.
ALCANTARA congratula con justa efusión a MIGUELÁNGEL MEZA por su poemario – inaugural en muchos sentidos-, deseándole la victoria de crítica y lectura que debe esperar.





APU
-pytû kupýgui.
 Pytû...
Ajejopypa.
              Cheño gueteri.

Hy py
mba'e hû puku
              Ajéiko!
              Cheño gueteri.
Tuicha ro'y anambusu.
Hypy.
Aku'e sapy'a.
Apáy.
              Cheño gueteri.

Heta ake chepype.
Asê.
Aku'e.
Heta ake chepype ra'e.
               Cheño gueteri.

Asê.
Ajupi.
Añakârapu'â sapy'a.
Asê.
Aku'e.
Apáyma ra'e.
               Cheño gueteri.
               Cheño gueteri.


APAREZCO
-viniendo de las entrañas de lo oscuro.
 Qué oscuro...
Todo me oprime.
Aún estoy solo.

Qué honda
esta larga tiniebla.
Cierto:
aún estoy solo.
Es vasto y denso el frío,
honda la tiniebla.
Súbitamente me muevo,
estoy despierto.
Aún estoy solo.
Qué mucho he dormido en mí mismo.
Salgo a la vigilia,
me muevo.
Verdaderamente he dormido mucho
en mí mismo.
Aún estoy solo.

Salgo,
subo.
Súbitamente levanto la cabeza.
Salgo,
me muevo.
Verdaderamente
estoy despierto.
Pero aún estoy solo.
Aún estoy solo.



ÑE'Ê REÑÓI
Mito Sequera-pe
 Hendýsapy'a!
               Okañy pytû...
                                  ou.
               Okañy pytû...
                                  ou.

Hendy ojajái, hendy.

Ha...
ojahúvo pytûre,
ohypýi tatatîna pererîmi.
Hendy ha tatatîna pererîmi.

Oñekûmberéi tatarendy
ha hyapúvo,
oñe'ê tatatîna.
                 Oikóma ñe'ê.
Hyapúvo, oñe'é tatatîna.
                 Oikóma ñe'ê.
                 Oryrýima pytû ha oho.
                            Oryrýima pytû ha oho.


BROTA EL LENGUAJE
a Mito Sequera
 Se enciende de pronto,
                         se esconde la tiniebla
                                           y vuelve.
                         Se esconde la tiniebla
                                           y vuelve.
El resplandor centellea, el resplandor.

Y al bañarse de oscuridad,
rocía neblina delgada,
resplandor y neblina delgada.
A sí misma se lame la fogata
y al crepitar
conversa la neblina.

                          Ya se hizo el lenguaje.
Al crepitar, conversa la neblina.
                           Se hizo el lenguaje.
                           Ya se estremece la tiniebla y se va.
                           Se estremece y se va.



KO’Ê
Tape syxyrýre aha
aike amboguy ahasa.
Hû. Apyta. Ndahechái. Iñakŷ.
Hû ojeka syryrýva tape.
Che'akŷ. Ajeity. Syryry.
Tape ypytû mandu'a mbyja t týre oiguyru.
Ipohýi chesyva. Amboguy javorái.
Ha'a. Apu'â. Apyrû.
Ipe cherape. Osoro.
Ita týre y opupu. Chejopy,
ha ha'ávo ko'ê hesakâ
morotî.
Ko'ê
       Hesakâ
                  moroti.


DESPUNTE DEL DÍA
Me desliza el camino,
voy.
Entro, alzando el pliegue oscuro,
paso: me quedo. No veo. Humedad.
La tiniebla rompe el camino deslizante.
Me empapo, me aparto y resbalo.
El camino oscuro va agavillando recuerdos
en la plantación de las estrellas.
Me pesa la frente, abro la maleza
Caigo. Alzándome, a paso firme
avanzo.
Se me allana el camino y aclara.
Borbotea el agua entre las piedras.
Me oprime, final, el momento.
Salgo y despunta
limpio y blanco
el día.
Limpio y blanco el día.


YVY KUNUMI
-opupupávo tape.
Kunumi...
jatyta ryku,
esaingóna chekuâre jaha.
Ñamboyke ykua syry.
Epyrû che pyporépe,
jatyta pytúre ñapoñy.

Kunumi...
jajapichy ka'aguy pýre ava,
amo ko'ê oitypei háre
yvyty.

Oiméne ro'y ndohypýi véima ndesýpe.

Kunumi...
he'ô nderape;
nde yvága yvága
mbyja saingo háre.

Jatyta ku'e,
naha'eño véima ita.
Amambái rapo
okapúma yvyguy mymbágui.

Kunumi...
jatyta mboguývo,
esaingóna che kuâre jaha.


TIERRA JOVEN
-consumido el hervor de los caminos.
Joven. . .
pulpa de caracol,
cuélgate de mi dedo y vamos.
Bordeemos el manantial.
Pisa sobre mis huellas,
vamos a gatear sobre el reguero del caracol.

Joven...
poblemos el corazón de los montes,
allá donde el alba limpia
los cerros.

Seguro que el frío ya no está rociando a tu madre.

Joven...
es húmeda tu senda,
tu cielo frutal
donde penden las estrellas.

Caracol moviente,
ya no está sola la piedra.
La raíz del helecho
retoña a flor de tierra dominada.

Joven...
caracol que se yergue,
cuélgate de mi dedo y vamos.


YVU
Yvu,
     yvy sununu ita kyti guýre.
     Kambuchi jeka jeka
     opu, opu, opu, opu, opu, opu.

Yvu,
    mitâ jepyso ita ro'ysâgui.
    Ao hovyú
    saingo kyhapa.
    Pysâ povyvy,
    karugua renói.

Yvu,
    kuña kytâpu,
    peky remôi ñe'ê kyhyje
    heruguâ mombu
    opu, opu, opu, opu, opu.

Yvu,
    yvytu oñomymba
    mangaysyro ŷre.
    Ovevýi ky'a
    ojehekýipa.

Yvu,
    na'iká mo'âi
    tuguy pururû ita ahy'ógui.
    Oî kuimba'e.
    Kambuchi jeka jeka
    opu, opu, opu, opu, opu, opu.


MANANTIAL
Manantial,
trueno del agua bajo el corte de piedra,
cántaro que se quiebra y quiebra,
surge, surge, surge.
Manantial,
niño estirándose desde la piedra fría.
Vestido azul.
Pende una plenitud de hamacas.
Dedos rebuscando.
Reclamo del pantano.
Manantial,
doncella en celo,
urgencia de la maduración, murmullo,
deseo de sorber el misterio.
Surge, surge, surge.
Manantial,
viento domeñado
sin la amarga cimbra.
Sobrenada la basura
y se dispersa.
Manantial,
no se secará
la sangre crujiente desde la garganta de la piedra.
Está el hombre.
Cántaro que se quiebra y se quiebra.
Surge, surge, surge.


YPUKA
Ysatî
-mitakuña-
esapy ko ysapy toguejy nderesáre.
Taipo'o pe ña'ê
                     Ndaikatúi!
Ojeka ha oku'e
                     heta, heta
yrupê vera
(ndokéi mbora'e).

Itindy, hopehýi
ygáu kuágui opu'â va'ekue purahéi.
Mitakuña,
ipirî chepytu
yrupêguicha hayvi.
Nerymba iñangekói,
omýi mýi.
Ysatî:
        Kuehe guive,
                           roñuá.


AGUA SONRIENTE
Agua límpida
-doncella-
cierra los ojos para que el rocío descienda a tus párpados
Quiero asir el disco.
                     No puedo.
Se quiebra, se mueve
tanto, tanto,
cedazo resplandeciente
(era cierto su desvelo).
Abate la cabeza, tiene sueño
el canto que se irguiera del fondo de las algas.
Doncella,
se estremece mi aliento.
Como de un cedazo, llovizna.
Tu fáunico pueblo se inquieta,
se conmueve.
Agua límpida:
                    desde ayer
                                   te abracé.


 AYVU
Ahendu opé
ipu
opuka
yvy pire ári
mokôi ko'êngue.
Oja ojuehe, opyrû vevýi,
ombogua,
oity ohypýi
mborayhu paha.
Yvytu ndaipóri;
ñemi ichugui
oñombojaru.

Che akâ ka'aguy
oñe'ê ñemi.

Chepy ysyry
oñemo koni.

Che apytu'û týre
mokôi ko'êngue
oñomo kyrŷi.

Oke,
okevy muña
pe jaguarete.

Yvatégui ogua
mborayhu tyky.
Ogaguy nandi.
Okára perô.

Ka'aguy ayvu iñanambusu.
Oipevu che aka.
Omboguy che’â.


SONIDOS DEL PENSAMIENTO
Escucho que se rompen,
suenan,
ríen
sobre la piel terrestre
dos amaneceres.
Se juntan, leve el paso,
cuelan
y riegan
los amores plenos.
No está el viento:
disfrutando de su ausencia
juegan los amaneceres.

La selva de mis sesos
secretea.

Los arroyos de mis pies
serpean.

En el campo de mi cerebro
dos amaneceres
cosquillean.

Duerme,
semiduerme como acosando
ese tigre.

Desde lo alto se filtran
las gotas del amor.
El corredor, vacío.
Afuera, desierto.

Es grueso el ruido del monte.
Se hojea mí cabeza.
Alzo mi alma.


MBORIAHU
-yvyty rypy'ûme.
Pyambu,
kambuchi, ñasaindy.
Ysyry...
Topehýi kane'ô rykueyjúi syrypopo.
Ñe'âmbu,
mboriahu ryñehê kangue kuágui ayvu.
Mbegueve
               oguejy
                         pyhare.
Amo yvývo oñuâ kambysy!
Oikytî pirî tuñe'ê!
Heñói kerasy.
Chopombe
               oguata
                        okupére.
Mbokaja retekue
ombogua eirete.
Oke mboriahu.
Yvyty kua ruguáre agaî,
oke mboriahu.
Jaguami pindoguýpe avei
ha oke mboriahu.


POBREZA
-entre las serranías.
Resonar de los pasos,
cántaro, plenilunio.
Arroyo...
zumo que brota a chorros del fatigado sueño.
Voz del durmiente,
los huesos del pobre crujen desde el fondo.

Desciende
              más despacio
                                  la noche.
Allá abajo cubre el suelo la luna madre de la leche.
Un silbo corta el calofrío.
Aflora el quejido al sueño.

El duende
               trajina
                       detrás de la casa.
La pared de palmas
cuela la miel silvestre de la luna.
Duerme el pobre,
en la hondura de las serranías, pobre,
duerme el pobre.
Bajo el pindó, también su pobre perro,
y duerme el pobre.



ÑASAINDY
Ñasaindy,
kamby jepyso morotî.
Ojehýi mombyry tuñe’ê.
Ju’I, kururu, karuguáre oñe’ê.
Karugua yma ogua ñande yvýre.
Ñasaindy,
Mandyju ahoja hyjúi ñande yvýre.
Jasy oje’o, oja, oñemona,
hypase vaicha ñande yvýre.
          ha… oke kane’ô,
          oñehê.
          Osýi tetyma.
Oipykua mbyjápe jasy
ha oho ho’a, oguejy, oike, okañy.
… otî vaicha
                   iko’ê haĝua yvy ári.


PLENILUNIO
Plenilunio,
leche blancamente propagada.
A lo lejos hormiguea un silbido.
Sapos y ranas claman en la ciénaga.
El viejo estero se filtra en la tierra.
Plenilunio,
la manta de algodón se espuma en la tierra.
La luna se destiñe, se arrima, se unta
como si quisiera secarse en la tierra.
Y duerme la fatiga,
se derrama.
Se encogen las piernas.
La luna sujeta las estrellas
y se va cayendo, desciende, penetra, se oculta
como si se avergonzara
          de amanecer sobre la tierra.



ARAHO
-pire jukyry guýre.
Kuarahy
Aína!
Epoi che syvágui taba.
Ojepyso tatarendy
hyku ka'aru ha ita...
Néîna !
Epoi chesyvágui taha.

Mbyry'ái, terere,
avati, yvy'a.
Yvy ryakuâ ojapajeréi
che pyrûgui.

Rejopy karai...!
Hetáma jasy ita'ýra
oheréi che hegui;
-hoy'u ha ondyvu che kuâ ruvicha-
epoi chesyvágui taha.

Aikarâi ñuatî,
aikarâi ima'êgui, mbyja.
Yapenu chesyváre ohai
-pokâ pytu'u-;
oho che pytu ka'aguýre
okañy.
Remocha'î, kuarahy,
cherekove.
Epoi chesyvágui,
taha... !


PASO DEL TIEMPO
-bajo la piel salada.
¡Ay,
sol!
Suéltame la frente y déjame partir.
Llameante, el fuego se propaga:
se derriten la tarde y la piedra.
¡Vamos, di que sí!
Suéltame la frente y déjame partir.

Calor, tereré,
mazorcas, fruta de la tierra.
Rueda el olor de la tierra
eludiendo mi pisada.

¡Apremias, señor sol!
Ha tiempo que el arco de luna nueva
del pulgar
me enjuga la frente
-colmándose y escupiendo mi sudor.
Suéltame y déjame partir.

Raspo el espinar,
raspo el mirar de las estrellas.
Las ondas se inscriben en mi frente
-escaso el sosiego-
Va mi aliento a ocultarse
en el monte.

Sol, tú arrugas
mi vida.
¡Suéltame la frente
y déjame partir!


MITÂKUÑA
Mitâkuña kuñataîpa,
chepy'â ra'â nekû, nde poty.
Mba'émbo chepo osýi nderechávo.
Nerumby muñávo
cheresa hypa.
Aime ha naiméi.
Cheképe asê chepáy ambyai.
Rohecha.
Eleytrisida chemombo. Apáy.
Mba'émbo kuña, mitákuñapa.
Yvyra rakâgui ha'a
rohetû.
Y jeka jeka chembogua
ague.
Cheretâ noiméi, oho oguata.
Rehasa.
Ajy. Akái. Ajehesy.
Kuarahy che'akâme ojere, ovu.
Cherete hatâ, chepire opu.
Amýi. Aku'e. Aheka cheirû.
Ha nde reje'o kuñaita
rováre.
Peteîró oiko mitâkuñaita.
Mba'émbo che'akâ
omýi rehasávo
ne mitâkuña kuñataîpa.


MUCHACHA
Muchacha ya mujer,
tu lengua deseo y tu flor.
¿Por qué se encogerá mi mano al verte?
En procura de tus curvas
se me secan los ojos.
Estoy y no estoy.
Salgo en el sueño a destruir lo que ocurre en la vigilia.
Te veo.
Me electrizo y despierto.
¿Qué ha de ser?
Mujer, ya no muchacha.
De la copa de un árbol caigo
a besarte.
Agua que se quiebra y quiebra y colándome
me apaga.
Mi patria no está, salió a pasear.
Tú pasas.
Me cuezo. Me quemo. Me abraso.
Gira y se me agranda el sol en la cabeza.
Se endurece mi cuerpo, se agrieta la piel.
Me muevo. Me desplazo. Busco compañera.
Y tú te reflejas en el rostro de muchas mujeres.
Las numerosas muchachas son una sola.
Por qué se conmoverá mi cabeza a tu paso,
tú, muchacha, ya mujer.


CHEPIRE
irûnguéra
Taller de Poesía Manuel Ortiz Guerrero-peguarâ
Ma'êna kuimba'e,
ñama'êmi umi koni koniva tuguáire
ha ani ñama'ê ñande jehe.

Ynteko otykýva ha ndaha'éi pe reimo'âva.
Kuarahýnteko osêva ha ndaha'éi pe reimo'âva.
Yvytúnteko hyapúva ha ndaha'éi oñemuñáva
ñe'ê jokuaha'ŷ japajeréi purû pohýi.

Ma'êna kuimba'e,
ñama'êmi umi mba'e  ñanemba'e'ŷvare
ha ani jaheka tape vera.

Nde piréngo kuimba'e, kuarahy resy pyre.
Che piréngo kuimba'e, teko asy je'o hare.
Yvy ndyvu pyre, pya'e oipyte jeýva,
ojuehe oje'o je'óva ha ogue jey haĝua.

Ma'êna kuimba'e,
hi'â chéve kuarahýnte pe oséva.
Yvytúnteiko hyapúva
terâiko tetâygua mba'e omýi.
Pytûmbýiko ojehekýi, terâiko mba'e ko oiko páva!
Ndéjepeiko kuimba'e ko repu'âva.
Mba'éiko ko y jere guasu chemonga'úva.
Terâiko kégui mba'e peichaitépeve
                                                    tapáy!


MI PIEL
a los compañeros
del Taller de Poesía Manuel Ortiz Guerrero
 Mira, hombre, mira,
deja que contemplemos el doble balanceo de esas curvas
y no nos miremos por dentro.

Sólo el agua gotea y no lo que supones.
Sólo el sol aparece y no lo que supones.
Sólo la tierra resuena y no es la multiplicación
de las sueltas voces rodantes ni de los firmes pasos.

Mira, hombre, mira:
deja que contemplemos aquello que no es nuestro
sin buscar la ruta esplendente.

Mira, hombre, que es tu piel la que ha tostado el sol.
Mira, hombre que en mi piel se ha estampado el sufrimiento.
Saliva somos de la tierra, saliva que pronto vuelve a sumirse,
salivas que van sellándose una a otra para extinguirse después en ella.

Mira, hombre, mira:
siento que solamente el sol aparece
¿Será sólo el viento resonando
o es la gente moviéndose?
¿Será la tiniebla retirándose, o algo pasa?
¿Eres tú, hombre, quien se yergue?
¿Qué ha de ser este vasto remolino de agua mareante?
Si es por el sueño que vivo todo esto, prefiero despertar.


PANAMBI PARA
-he'ine ypague.
Apaypa mboyve
chekangue jehýi nepore'ynguére.
Cheróga jerére oñemyatymói yvytu kanguy.
Oike mba'asy chekorasô guýpe
nderapykuerére,
ono'ô haguére mborayhu pahágui,
eíra syry.
Oikytî che'ára
mandu'a haimbéva asévo ko'ágâ
cherypa potámavo
ajykeko ha apurahéi.
Yma jajohéi ñuavi'û
hypýva,
upéva ymáma
ha ágâ ko ñúme
javy'a haguépe,
ajapajeréi.
Ne'irû etaiténdive pe mymýi,
pepo, peveve pehóvo.
Añandu upérô chepyte yvy,
cherypa, ague.
Panambi para,
rohenóí. ¡Eju! Che y mono'ôvo
jahecha ko'êrô nacherenyhéipa
ha romboy'uve.
Chepire jeka, panambi para;
akéta ko'ágâ.
Ajapysakáta ndejevy pyambúre,
reguâhê mba'e.
Agâ ndapáy véirô,
rejuhu chekâ,
eju ejuhágui
ejere che'ári ipaha tamýi,
rehoite mboyve.


MARIPOSA MULTICOLOR
-diría el charco:
No bien despierto aún,
tu ausencia hormiguea en mis huesos.
En derredor de mi casa se hamaca el viento blando.
Debajo de mi corazón entra el dolor
tras la huella de tu partida,
ahí donde se juntó la miel fluyente
de los amores verdaderos.
Taja mi tiempo el filoso recuerdo
ahora que salgo, casi consumido,
y me dispongo a cantar.
Ha tiempo nos prodigábamos
tiernas caricias
-de eso hace mucho-
y ahora, aquí en el llano
donde fuimos felices,
ruedo en soledad.
Os movéis, tú y la muchedumbre de tus amigos;
vais saltando y volando
y en esto siento que me absorbe la tierra
y me seco y me apago.
Mariposa multicolor,
te llamo. Ven, ven a juntar mis aguas:
veremos si mañana, de nuevo colmado,
te doy de beber.
Se cuartea mi piel, mariposa multicolor;
ahora voy a dormir.
Estaré a la escucha de tu revolar,
por si acaso llegues.
Y si no despierto
y me encuentras seco,
de donde vinieras,
gira en torno de mí y entonces,
por última vez, me moveré
antes de que te marches para siempre.


GUYRA KAMPÁNA

oku'éva.
Ojehýi
oñe'êva.
Ha'ete
oguâhêva
iporâva
tesakâ.
Yvytúre
Japokóma
ñahetûma
ko'êrâ.
Tapicha iñangekóima
ojeréma opáy haguâ.

Ipu ka'aguy ryapúre
pepo morotî y maitégui;
ou tetâygua akâme
oguejy ojupapo.
Opo chugui hapatîva
ñasaindy kamby ku'ícha.
Ohypýi opa yvytúre
ipyahúva purahéi.

Oguâhê mbaite
ko'ê.

Tupi'a ojeka,
osê;
ojeporeka
aváre,
kokuére,
opáre
iñirûrâ oheka.

Pya'éma
ovevéta
heta osêvéta
pepo oñuâvo
ko ñaneretâ.

Ko guyra kampána
oúma opyta.


PÁJARO CAMPANA
Hay algo
que se agita.
Algo hormiguea
y canta.
Tal parece
que llega
un hermoso claror.
Ya palpamos,
olemos
en el viento
lo que el día será.
La gente ya se inquieta
y gira al despertar.

Hay un son de antiguas alas blancas
en el fragor del monte:
bajan a anidar
al pensamiento de la gente
de esta tierra.
Destellan albura
como gotas de leche plenilunar.
Un canto nuevo
riega la rosa de los vientos.

Amanece
por completo.

Se quiebra el cascarón,
sale
en procura de la gente,
de plantíos,
buscando compañía
por todas partes.

Pronto
ha de volar
y se multiplicarán las alas
cubriendo la patria.

Este pájaro campana
ya viene a quedarse.



YVY MARÁE'Y JAHEKA
J. A. Rauskin-pe
Jaháke!
           Ivaíma ko'ê,
           jaha jaheka kuarahy resê.

Jaháke!
          Tojapajeréi
          ñanepyrúgui ypa.

Jaháke!
          Oime ku yvy
          huguýva eirete ha kamby
          -oje'e-
          ha yva.

Jaháke
          tosýi ñanepysâgui
          ka'aguy.
          (Jaheka ku manove'ŷ)

Jaháke,
          oiméje
          yvy maraê'ŷ
          osusûva kamby ryjúigui.

Jaháke!
          Ivaima ko'ê;
          Jaha jaheka kuarahy resê.


BUSQUEMOS LA TIERRA SIN MAL
a J. A. Rauskin
¡Vamos!
            Ya está malo el día,
            Vamos a buscar el origen del sol.

¡Vamos!
            Que a nuestro paso
            rueden los lagos.

¡Vamos!
            Dicen que existe una tierra
            que sangra leche y miel
            y frutas.

¡Vamos!
           Que se amedrente la selva
           a nuestros pasos.
           (Busquemos lo que no muere).

¡Vamos!
           Dicen que hay una tierra
           sin mal,
           repleta de espumosa leche.

¡Vamos!
            Ya está malo el día,
             vamos a buscar el origen del sol.


Y’ITA PERERÎ
-ára pahágotyo.
Hyjúi y pytu ha hatâ.
                    Cheño poteî!
Hatâ y pytu ha haimbe.
                    Cheño poteî!
Hakua y pytu ha oikytî.
Opopo cheruguy osêse
                     ha pytû... kuimba'e!
Mbyja mombyry oma'ê.
Hyjúi pytû guýre y
                     ha... Cheño peteî!
Ojupi tuñe'ê karuguáre.
                     Hasy... kuimba'e!
Hypa tata'y.
                 Ogue sapyso.
                                              Ipuku to'ysâ.
Mamoiko ko'ê rekañy!
Ikypi che kupy, ikangy.
                      Cheño peteî!
Ojehýi yvytu
                 mbegue ojepyso.
                                     Ipohýi â itaky sarambi.
Ama'ê arasêre ha oke,
                                oke... arasê.

                 Mamóiko ko'ê rekañy...!


DELGADA PIEDRA DE AGUA
-hacia el fin de los tiempos.
Se espuma y endurece el aliento del agua.
                      Yo solo y mi alma.
Es duro y filoso el aliento del agua.
                       Yo solo y mi alma.
Es agudo y cortante el aliento del agua.
Se apura mi sangre queriendo salir,
                         ¡y mira que está oscuro!
Los luceros, con ojos abiertos desde lejos.
El agua se espuma bajo la tiniebla.
                          y... yo solo y mi alma.
Sube un silbo del pantano,
                          ¡y mira que duele!
Se secaron los tizones.
                          Se apagó la extendida mirada.
                                         Largo es el frío.
¿Dónde te has perdido, amanecer?
Mis piernas desfallecen, se secan.
                       Yo solo y mi alma.
Hormiguea el viento
                       y lentamente se propaga.
                                      Pesa este roquedal disperso.
Miro el Naciente y está dormido,
                       está dormido el Naciente.
                       ¡Dónde te has perdido, amanecer!


ITA HA’EÑOSO / YA NO ESTA SOLA LA PIEDRA (INDICE):
POESÍAS:
·         APU / APAREZCO
·         ÑE’Ê / BROTA EL LENGUAJE
·         KO’Ê / DESPUNTE DEL DÍA
·         YVY KUNUMI / TIERRA JOVEN
·         YVU / MANANTIAL
·         YPUKA / AGUA SONRIENTE
·         MIMBY / FLAUTA
·         Â AYVU / SONIDOS DEL PENSAMIENTO
·         MBORIAHU / POBREZA
·         ÑASAINDY / PLENILUNIO
·         ARAHO / PASO DEL TIEMPO
·         OHO / SE FUE
·         PYKASU MOROTÎ / PALOMA BLANCA
·         MITÂKUÑA / MUCHACHA
·         MITÂ / NIÑO
·         CHEPIRE / MI PIEL
·         MUÂ MUÂ / LUCIÉRNAGA
·         TATAYPÝPE / JUNTO AL FUEGO
·         YSYRY VERA / ARROYO LUCIENTE
·         YVYTU PIRÎ / VIENTO CONMOVEDOR
·         PANAMBI PARA / MARIPOSA MULTICOLOR
·         RYKE’Y / HERMANO MAYOR
·         GUYRA KAMPÁNA / PÁJARO CAMPANA
·         AKA’Ê PARA / URRACA
·         MAINUMBY (1) / COLIBRÍ (1)
·         JASY / LUNA
·         MAINUMBY (2) / COLIBRÍ (2)
·         YVY MARÂE’ỹ JAHEKA / BUSQUEMOS LA TIERRA SIN MAL
·         KA’ARU / ATARDECER
·         OPA (1) / FINAL (1)
·         OPA (2) / FINAL (2)
·         NANDIPA / VACÍO
·         Y’ITA PERERÎ / DELGADA PIEDRA DE AGUA



 ENLACE RECOMENDADO:
DICCIONARIO
CASTELLANO - GUARANI / GUARANI - CASTELLANO
SINTÁCTICO- FRASEOLOGICO- IDEOLÓGICO
DÉCIMO TERCERA EDICION
GRAFÍA ACTUALIZADA
P. ANTONIO GUASCH, S.J.
Doctor en Filosofía por la Universidad Gregoriana
Profesor de Lenguas Clásicas e Idiomas Modernos.
P. DIEGO ORTIZ, S.J.
Licenciado en Filosofía por las Facultades de San Miguel (RA)
Licenciado en Historia Eclesiástica por la Universidad Gregoriana



viernes, 5 de noviembre de 2010

WOLF LUSTIG - ÑANDE REKOY MODERNIDAD: HACIA UNA NUEVA POESÍA EN GUARANÍ / Encuentro 1997 de la Latin American Studies Association - Guadalajara / México.



ÑANDE REKOY MODERNIDAD:
HACIA UNA NUEVA POESÍA EN GUARANÍ
(MAINZ/ALEMANIA)




I - LA POESÍA EN GUARANÍ EN SU CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL

La „poesía en lengua guaraní [...] no presenta, en conjunto, nada original ni vigoroso y ha descendido hoy, en gran parte, a un nivel de chabacanería y lugar común definitivamente insuperables“ [1].
„La poesía vernácula repite los leit-motiv conocidos: lo sentimental amoroso, lo idílico, y ocasionalmente la evocación de episodios patrióticos.“ [2]
„Ni siquiera puede afirmarse que exista creación literaria en guaraní, porque las pocas excepciones son solamente tales.“ [3]

Éstos son algunos juicios significativos con los cuales, en los años 60 y 70, críticos establecidos como Francisco Pérez Maricévich y Josefina Pla describieron la literatura paraguaya de expresión guaraní. Y ni siquiera se puede afirmar que sus juicios sean equivocados o malintencionados, porque el panorama que ofrecía la lírica escrita en guaraní a ese momento — con algunas excepciones que los autores citados también reconocen — en muchos sentidos y por múltiples razones se encontraba fuera de lo que comúnmente se reconoce como literatura.
Lo más valioso de la expresión artística en lengua guaraní — casos, canciones, proverbios — no había entrado en el universo de las palabras escritas y de la cultura libresca, sino que permanecía confinado al mundo de la tradición popular y folklórica. Es bien sabido que las pautas que rigen en el contexto de la oratura no tienen nada que ver con los cánones estéticos de la literatura culta y lo que menos anhelan es la originalidad en cuanto búsqueda de nuevas formas y géneros o la poesía como forma de expresión estética individualizada. De este modo quedaba bien asentada una especie de apartheid que separaba la exangüe poesía culta en guaraní de la oratura popular que habría podido ser su natural suelo nutritivo, y aún más allá subsistía a duras penas lo que habría que llamar oratura guaraní, el arte de la palabra cultivado por los guaraníes originarios del Paraguay [4].
No obstante, los mismos críticos que en el mejor de los casos sólo constatan la ausencia de la palabra poética en guaraní — si no le niegan del todo la capacidad de ascender al rango de lengua literaria y de modernizarse [5] — reconocen generalmente que el idioma vernáculo en todos sus usos está tan consubstanciado con el modo de ser, de pensar, de vivir, de gran parte de la población paraguaya, que su supresión, si posible, podría causar una suerte de amputación de su personalidad [...] [6]
De esta forma se concretiza una de las grandes paradojas de la paraguayidad: la esencia de la cultura nacional, lo que en guaraní se designa muchas veces por ñande reko („nuestra común manera de ser“) no tiene — o no tenía a esa altura — una voz propia en el quehacer literario del país, a pesar de la alta estima de que gozaba el idioma guaraní como „símbolo nacional“ a través de todas las clases sociales.
Los poetas de mayor renombre como por ejemplo Elvio Romero, Herib Campos Cervera o Roa Bastos — a pesar de bilingües — abrazaron casi exclusivamente el castellano como lengua literaria, una decisión que en parte se debería a un afán de no parecer provincianos y establecer el contacto con las corrientes universalistas que se establecieron definitivamente en las literaturas hispanoamericanas desde mediados de nuestro siglo. La encrucijada en la que se encontraban se manifiesta entre otros en el nombre guaraní de Vy’a raity, que se dio el importante grupo de poetas de los años 40 sin que hubiera seriamente pensado en el uso literario del guaraní. [7] Con esto — siendo tal vez los únicos que habrían podido „salvar“ la literatura en guaraní — los más capacitados contribuían, probablemente sin quererlo, a su estancamiento en lo folklórico y cimentaron más la „impermeabilidad“ entre las dos vertientes de la cultura nacional.
Naturalmente, esta marginalidad de la poesía en guaraní es sólo una manifestación más de la dicotomía y el desequilibrio que estigmatizan el Paraguay a nivel lingüístico, cultural y social desde hace más de 400 años. Sería pedir demasiado a un puñado de poetas, que además casi no tenían lectores, remediar juntamente con el síntoma de la diglosia también sus causas múltiples y entreveradas.
Sin embargo, sobre todo a partir de los años 80, debido en parte a causas extraliterarias, se puede constatar un cambio de actitudes. Surgen poetas jóvenes que se enfrentan al reto de crear textos líricos modernos y actuales, de escribirlos y publicarlos en guaraní — no pocas veces a riesgo y costo propios —, esforzándose al mismo tiempo por no traicionar lo que consideran la médula de la cultura ancestral y mayoritaria del país. No cabe recordar que este alto precio se ha pagado muchas veces por la precipitada adaptación de ciertas innovaciones generadas en otros contextos culturales, aparentemente más avanzados y vanguardistas.
Para lograr nuestro intento que consistirá en demostrar los rasgos modernos y poéticamente innovadores de algunas creaciones líricas recientes en guaraní será indispensable un breve análisis de la poesía en guaraní cultivada hasta los años setenta y a la que se refieren los juicios arriba citados. Pese a afirmaciones contrarias ha existido una lírica „culta“ desde finales del siglo pasado. Como el aspecto formal ocupará el centro de nuestra reflexión sobre la modernidad, nos servirá también para dar relieve a la tradicionalidad de lo que le precede.
Con mucho acierto, Roque Vallejos ha dicho que „la literatura paraguaya contiene, pero no expresa, la realidad nacional“ [8]. Si es cierto para los textos en castellano, lo es mucho más para la lírica en guaraní. Pues, aunque a veces sus contenidos son eminentemente paraguayos e incluso están llenas de referencias a la cultura indígena guaraní (p.ej. dentro de la corriente mundonovista de los años 20), las formas de expresión pertenecen a la tradición hispánica. Nada más fácil en la lírica que comprobarlo en base a las estructuras de la métrica y la rima.
Un breve repaso de los poemas contenidos en la antología que acompaña el manual El idioma guaraní del P. Antonio Guasch [9] (43 textos de unos 20 autores) confirma la observación de Josefina Pla que la forma de la lírica en guaraní „es netamente española“ [10]. Casi todos los textos recurren a la rima asonante o consonante. Como en la lírica popular española el metro predominante es el octasílabo; generalmente están compuestos en formas estróficas de cuatro versos. Lo más original es el uso frecuente de un verso de 18 sílabas, que se debe a la musicalización al ritmo de la polca [11] y que es significativo porque atestigua la relación estrecha que existe hasta hoy entre los textos poéticos en guaraní y su realización cantada al son de arpas y guitarras. No faltan experimentos atrevidos como el metro de 16 sílabas que encontramos en los versos panegíricos que Sabino Giménez Ortega — ya a principios de los años 80 — dedicó a la gigantesca obra de Itaipu y que intentan reproducir el clásico hexámetro. Esta poesía también puede ilustrar cierta corriente de la poesía culta que se empeña en celebrar temas patrióticos:


Paraguái ha Brasil, mba’apo jekopype
Ojapo ko tuichaiteve „REPRÉSA“ Itaipu.
Oîgui tekoayhu tendotakuéra ñe’ãme
Omoguama hu’ãme mba’apo jojaha’ÿ.
Hyjúi ha ojeroky oñanipe ture,
Ha’ete ku iva pe
 Parana Yguasu
Mokõi te oipeju isyry mba’etekuépe
ohypýi vy’apame ogueru ko’ê pyahu. [...] [12]
Paraguay y Brasil en cooperación
construyeron esta gigantesca represa de Itaipu.
Como sus jefes se entendían
ya realizaron un trabajo sin par.
Echan espuma y bailan en su viejo curso
parecido al Gran Agua del libre Paraná,
dos países airean la corriente en un gran trabajo
lo aspergan con la dicha que trae un nuevo amanecer.


Huelga decir que tanto la métrica grecolatina como el cómputo silábico propio a las lenguas románicas han sido una especie de cama de Procusto para la lírica en guaraní. No han contribuido a que se pongan en evidencia las virtudes estéticas inherentes a este idioma altamente sonoro, cuya estructura tiene poco en común con las lenguas literariamente dominantes.
No es éste el lugar para analizar detalladamente todas las consecuencias que la apertura política a partir de 1989 trajo consigo para la cultura y la educación, pero es obvio que ha despejado el camino para la emancipación del guaraní como lengua de una cultura autónoma. El hecho más simbólico y significativo de este cambio es el estatus de lengua cooficial que le confiere la Constitución de 1992, con los subsiguientes proyectos de reforma educativa en los cuales el guaraní como materia y como lengua de la enseñanza adquiere un papel importante.
Aunque a nivel práctico tales propósitos todavía están lejos de su plena realización, la literatura en guaraní se benefició de este viento propicio por lo menos en dos aspectos: (1) Por la adopción de una grafía normalizada para los materiales de enseñanza en guaraní, esta lengua que durante siglos estuvo limitada casi exclusivamente al uso oral ha entrado definitivamente en el mundo de la escritura; (2) se estimula y se fomenta la producción y la publicación de libros de textos en guaraní para usos didácticos en los cuales la poesía ocupa un lugar eminente. [13]
Juntamente con ello se hacen más públicas las voces que defienden la cultura autóctona de expresión guaraní — ñande reko — que en su esencia es popular, campesina y comunitaria. [14] Hay que valorar esta tendencia ante el trasfondo de una política que sólo admitía el uso público del guaraní en contextos claramente patrióticos o nacionalistas y que lo transformaba en un instrumento de demagogia al servicio del poder. También ante el peligro de la pérdida definitiva de los valores de la cultura tradicional — efecto secundario de la anhelada apertura democrática — se viene a estimular el interés por escribir y publicar en guaraní, ahora desde una postura más consciente y con cierto afán didáctico, „lo que es (o lo que era) nuestro“. Poco sorprende que las formas de expresión artística se sometan a una radical revisión y que por primera vez se registren atentamente ciertas experiencias que ya se habían hecho anteriormente pero que pasaron desapercibidas.
Si ahora intentamos un breve inventario de la creación lírica en guaraní de los últimos quince años [15], no sobrevaloraremos la irradiación de una docena de poetas que han publicado sus creaciones en ediciones modestas, muchas veces costeadas por ellos mismos, y no nos haremos ilusiones sobre el número de lectores. La lírica es en sí muchas veces un arte para iniciados: con mayor derecho esto se puede decir para la poesía moderna en guaraní. La mayoría de los autores ha optado por dar a conocer sus trabajos en ediciones bilingües; otros en cambio rechazan conscientemente construir este puente para llegar hasta un público más amplio. [16] Es una decisión comprensible si se mira bien en qué consiste el valor intrínseco de estas creaciones.
La nueva poesía en guaraní parece encontrar su camino en el seno del Taller de Poesía „Manuel Ortiz Guerrero“, que inicia la divulgación de sus trabajos con una antología publicada en 1982 bajo el título Poesía taller. La mayor parte de los textos está en español, pero al lado del ya citado Sabino Giménez Ortega se encuentran algunos poemas de Miguelángel Meza y Ramón R. Silva que ya presentan prácticamente todos los rasgos formales que nos parecen característicos de la nueva corriente y que intentaremos presentar a continuación. [17] A partir de allí va creciendo el número de publicaciones entre las cuales se podrían destacar los siguientes nombres y obras [18] :


Ramón R. Silva -  Hovere vere - 1984
Mario Rubén Álvarez -  Poesía itinerante - 1984
Ramón R. Silva - Tangara tangara - 1985
Miguelángel Meza - Ita ha’eñoso - 1985
Susy Delgado - Tesarái mboyve - 1987
Félix de Guarania - Tojevy kuarahy - 1989
Wilfrido Acosta - Ñahatî - 1990
Rudi Torga - Mandu’arã - 1990
Zenón Bogado Rolón - Tojajái - 1992
Susy Delgado - Tataypýpe - 1992
Modesto Escobar Aquino - Ñe'ã ñe'ê yvoty... - 1993


En el libro de textos en guaraní Ñe’êporãhaipyre („Literatura“), un manual editado por Feliciano Acosta y destinado a la enseñanza escolar, se propone un sistema genérico bastante aclarador. Según él todos los títulos mencionados pertenecen al subgénero ñe’êpoty guaranimegua ko’ãgagua (poesía actual en guaraní) y son diferenciados de los otros subgéneros ñe’êpoty arandupy (poesía culta), ñe’êpoty angapypegua (poesía íntima), ñe’êpoty mombe’úva (poesía narrativa) yñe’êpoty tavarandu rehegua (poesía folklórica).


II - ¿QUÉ ES LA LÍRICA MODERNA EN GUARANÍ?
Lo que quedaría por averiguar es si esta poesía actual es también „moderna“ en un sentido más estricto y si se la puede situar en el contexto de una poesía de vanguardia que tiene sus raíces en ciertos autores franceses de la vuelta de nuestro siglo como por ejemplo Rimbaud y Apollinaire y que tuvo un desarrollo considerable en Hispanoamérica ilustrado por las obras de Vicente Huidobro, César Vallejo, Octavio Paz y muchos otros. Para definir algunos criterios que justifican hablar de una „modernidad“ — calificativo que ciertamente no merece la „poesía culta“ de las promociones anteriores — me remito a algunos de los conceptos expuestos por el filólogo alemán Hugo Friedrich en su análisis de la lírica moderna. [19]
Un término central para la argumentación de Friedrich es Sprachmagie, la „magia del lenguaje“, concepto que ya se encuentra perfectamente desarrollado en los escritos del poeta romántico alemán Novalis, y que se refiere al efecto de conjuro que se adscribe a un cierto ordenamiento del material idiomático. Él ya formula la visión de unos „poemas, nada más que eufónicos, pero también sin cualquier sentido ni coherencia; comprensibles a lo sumo algunas estrofas, como meros fragmentos de las cosas más heteróclitas.“ [20] En esta nueva poesía que encuentra sus primeros realizadores en Rimbaud y Mallarmé, cada palabra se valoriza por sí misma como tono y sugestión y el verso despliega sus efectos sonoros como acumulación y secuencia de asonancias y aliteraciones. [21] Lo que prima ahora son los valores estéticos del significante, organizados en ritmos y tonalidades. De esto sigue para la interpretación que „la reflexión sobre las técnicas de la enunciación es más importante que el recuento de contenidos, temas y motivos.“ [22]
Ahora bien, entre los textos en guaraní arriba alistados se nos presenta uno en forma prototípica que se adecua perfectamente a estos criterios: se trata del poemario Tangara tangara, publicado por Ramón R. Silva en 1985. [23] Nos fijaremos en él no sólo por su aparente „modernidad“ según la concepción expuesta por Friedrich, sino también porque tiene un carácter ejemplar y modélico en varios sentidos más.
Como explica un texto aclaratorio en la tapa del libro, se trata de un intento de recuperar la esencia idiomática del guaraní: „Ramón Silva [...] se sumerge en las profundidades del idioma guaraní, entrando en contacto directo con sus propias raíces. El punto de partida es el mundo indígena donde los sonidos se convierten en omnipresentes dioses“. Se inspira en una danza de los Mbya, en la cual la función mágica de la palabra relacionaba al hombre con las fuerzas primigenias. Pero no se trata de una nueva y anacrónica incursión en lo indigenista [24] o de una indagación etnográfica; la función „mágica“ de la palabra hará su efecto sobre cualquier paraguayo de habla guaraní, incluso sobre el lector o, mejor, „oyente“ culto que no participa del trasfondo religioso indígena. Existe ciertamente el enlace con el „carácter sagrado“ que tiene la palabra en la cultura indígena guaraní, pero lo que queda de él es ante todo la sensación de „potencia“ que revela el material idiomático rítmicamente ordenado. Casi será imposible sustraérsele, tal vez incluso para quien no sabe guaraní. De todas formas, la capacidad de saborear estéticamente estas virtudes de ñane ñe’ê, „la lengua que tenemos en común“ llega a crear un sentimiento de comunidad e identidad que abarca un compromiso ético social „con los dolores de seres hechos a imagen y semejanza de múltiples angustias“ [25], es decir el pueblo paraguayo guaranihablante de hoy.
Otro argumento para reflexionar sobre la aparición de una poesía moderna y auténtica justamente a partir de Tangara tangara es que, amén de que casi todos los poetas actuales recurren a técnicas parecidas, su creador ya ha encontrado seguidores conscientes y explícitos. Lino Trinidad Sanabria incluyó en su última antología (que no esconde su pretensión de reunir textos „ejemplares“) varias poesías „del tipo tangara“, que allí se definen de forma algo reducida como „de versos cortos, sin estrofa ni rima, pero con un ritmo sonoro y uniforme.“ [26] Una calidad que, en el mismo contexto, destaca José Valentín Ayala para los textos de Don Lino es su supuesta „pureza“, la ausencia de hispanismos, que también caracteriza los versos de R. Silva. La irradiación de su forma de poetizar parece llegar hasta los poemas-recetas de Graciela Martínez publicados últimamente en el Rincón literario de Ñe-engatu y que se presentan allí también como muestras del „estilo ‘tangará’“. [27] 


III - UN POEMA EJEMPLAR:  PARAGUÁI ÑE’Ê

Ha llegado el momento de abandonar la teoría y escuchar un poema de R. Silva que parece instituir lo que ha llegado a ser un nuevo estilo. Escogemos uno que desde el título ya hace hincapié en la relación de lengua e identidad cultural, Paraguái ñe’ê:

Paraguay ñe'ê [28]

Mario García Siani-pe
Peju, peju,
pejupaite.
Jajora ñane ñe'ê apytî.
Taipoty po pu ñanemba'éva.
Mborayhu ysapýpe.
jahypýi ñane ñe’ê
tahoky,
topu’ã
tojupi
tokakuaa,
topave'ÿ
máramo añete.
Jaháke jaháke jaha.
Néike che irû jaha.
Tohóke.
Toúke.
Tosêke.
Toikéke.
Toike
akói Paraguái ñe'ê: Guarani guarani
                                       guarani guarani,
                                                  guarani guarani.

Jaháke jaháke jaha.
Néike jaha lo mitã,
ñañombyatypa,
ñañopytyvõ,
jarohory ñanemba'éva,
jagueraha tavapýre
kuaapy,
purahéi,
temiandu,
tetã jehayhu ha vy'a.
Jaháke jaháke jaha.
Jaha ñamyasãi kogapýpe
ñe'ê poty,
ñoha'anga,
ñande reko,
arandu,
purahéí,
mombe'u,
morangu,
akói Paraguái ñe'ê,
Guarani guarani
            guarani guarani
                       guarani guarani.
Jaháke jaháke jaha.
jaha ñamyasãi tetã jehayhu.
Jaháke jaháke jaha.
Jaháke jaháke jaha
Paraguái ñe'ê.

Lengua paraguaya

ParaMario García Siani
Vengan, vengan
vengan todos.
Soltemos las cadenas de nuestra lengua.
Que florezcan los sonidos que son nuestros.
Con rocío de amor
reguemos nuestra lengua
que brote
que se levante,
que suba,
que crezca,
que no acabe más,
nunca, de verdad.
Vámonos vámonos vamos.
adelante, hermano, vamos.
Que vaya.
Que venga.
Que salga.
Que entre ya.
Que entre
siempre la lengua paraguaya:
                           Guaraní guaraní
                                       guaraní guaraní,
                                                  guaraní guaraní.
Vámonos vámonos vamos.
adelante,  vamos muchachos,
juntémonos todos,
ayudémonos mutuamente,
gocemos lo que es nuestro,
llevemos por el centro del pueblo
el conocimiento,
la canción,
la sabiduría,
el amor a nuestro país y la alegría.
Vámonos vámonos vamos.
vamos a extender  por los sembrados
la poesía,
el teatro,
nuestra forma de ser.
la sabiduría,
la canción,
el cuento,
la fábula,
siempre la lengua paraguaya:
                           Guaraní guaraní
                                       guaraní guaraní,
                                                  guaraní guaraní.
Vámonos vámonos vamos.
vamos a extender  el amor por la nación.
Vámonos vámonos vamos.
Vámonos vámonos vamos
lengua del Paraguay.


Un rasgo formal sobresaliente que identifica este texto tangara es la estructura „monoléxica“ de la mayoría de los versos, es decir que son de una sola palabra. Esto contribuye a un efecto, ya descrito por Bartomeu Melià, „que valoriza sobre todo la propiedad de cada palabra. [...] La palabra guaraní es tratada por Ramón R. Silva como si cada una contuviera en sí una imagen y un sentimiento“. [29]
De hecho este es un lujo que se puede permitir el poeta en guaraní, ya que las palabras de esta lengua aglutinante - raíces provistas de prefijos y sufijos — expresan lo que en otras lenguas exigiría expresiones más complejas. Pero también se cumple con esto una especie de precepto poetológico que se formula en el mismo poema: jajora ñane ñe’ê apytî, liberar las palabras de los lazos sintácticos que significaba la incorporación en los versos largos y retóricos de los poetas „cultos“. A partir de aquí se puede establecer un paralelismo directo con las paroles en liberté, que reclamaban los vanguardistas franceses e italianos de principios de nuestro siglo.
Sin dejar el estrato fónico se nota otro fenómeno relacionado con el anterior; son las frecuentes aliteraciones y anáforas que — lejos de sonar artificiales — se producen como consecuencia de la conjugación del verbo guaraní. En su función de estructurar el material fónico suplen la función de la rima.
El ritmo es en guaraní más importante que en castellano, donde sobre todo el número regular (o irregular) de sílabas constituye el efecto estético del estrato fónico. Un esquema rítmico muy característico del verso monoléxico (y de la palabra guaraní en general) es el del anapesto que encontramos en el centro de la 1ª „estrofa“. En la segunda, en cambio, domina el anfíbraco [30]. Aquí el uso de este patrón rítmico, aplicado a verbos de movimiento, engendra un efecto de imitación acústica del dinamismo. Se podría hablar de una cinematopeya, que junto a la onomatopeya es uno de los recursos más importantes de la nueva poesía en guaraní. [31]
Si damos un salto en nuestro análisis y pasamos directamente al nivel pragmático, lo que llama la atención desde el primer verso es el carácter apelativo de casi todo el poema. Se traduce en el uso casi exclusivo de formas verbales en imperativo y optativo. Entre ellos se pueden constatar dos estrategias apelativas: una se dirige a los oyentes y es marcada por el imperativo de la 2ª persona del plural, y luego, preponderantemente, por el de la 1ª persona del plural inclusiva. Es una forma propia del guaraní que por su mero empleo (y por la implícita oposición a la 1ª persona exclusiva del plural) asienta las bases de una comunidad que aquí abarca al hablante juntamente con la colectividad guaranihablante. Las formas recíprocas ñañombyatypa y ñañopytyvõ insisten además en el deber ético de la solidaridad. A nivel semántico estos imperativos se relacionan precisamente con el deseo de salvar a esta colectividad que se define por su lengua guaraní, y su cultura — ñande reko —, cuyas diversas manifestaciones „literarias“ son traídas a cuenta en la 4ª „estrofa“.
Como segundo recurso apelativo, que es de los más frecuentes y llamativos en todo este género de textos, se puede destacar el uso abundante del optativo de 3ª persona, siempre marcado por los sonoros prefijos to-, toi-, ta- etc. Un ejemplo esclarecedor es la serie de „buenos deseos“ para ñane ñe’ê que cierra la 1ª estrofa. Le confieren al texto un carácter profético, de plegaria y conjuro que pone de manifiesto la raíz indígena de la lengua y la cultura, restableciendo el vínculo con su trasfondo mágico-religioso.
Después de este breve esbozo de los principales rasgos formales de un poema tangara veamos otros ejemplos que presentan aspectos no menos importantes, pero no tan visibles en Paraguái ñe'ê. Además de ilustrar lo que acabamos de exponer servirán también de aproximación al universo temático de esta literatura.
Avañe'ê parãrã (Ruidos de la lengua del hombre [32]), otro texto de Ramón R. Silva, es una muestra de su indagación en la extraordinaria riqueza fónica del idioma. Transcribimos sólo el comienzo:


Avañe'ê parãrã

Guarani.
Parãrã perere.
Parãrã.
Perere.
Piriri.
Pilili.
Pororo.
Purûrû.
Pyryrýi.
Plíki plíki.
Tumbýky tumbýky.
Ple ple.
Guaraníme.
Parãrã perere.
Taratata.
Perepepe.
Piripipi.
Tyrytyty.
Turundundun dun dun.
Charráu.
Avañe'ê.
Parãrã perere.
Lala.
Pepe.
Popo.
Pupu.
Tytýí.
Kukúi.
Túky túky.
Tumbýky tumbýky
Fle fle.

Ruidos de la lengua del hombre

Guaraní.
Estruendo latido.
Estruendo.
Latido.
Chisporroteo.
[diarrea]
Tiroteo.
Crujido.
Volteos.
Torpeza.
Trasero trastumbo.
[burbujeo de  un líquido espeso]
En guaraní.
Estruendo latido.
Retemblor-estrépito.
Tableteo-bofeteo.
Ametralladora.
Arrastre-latido.
[cornetín de asta vacuna].
[agua derramada]
Lengua del hombre.
Estruendo latido.
Columpiarse.
Estremecerse.
Saltar.
Hervir.
Latir.
Desprenderse.
Palpitar.
Trasero trastumbo.
Fofo.


Este texto es francamente intraducible, pero despliega gran parte de sus calidades estéticas incluso en el oído del que no entiende guaraní. Contrariamente a lo que parece el poema no es sólo onomatopéyico, porque las cerca de 60 palabras de que consiste son entendidas por el hablante nativo como lexemas — verbos en su mayoría — que se asocian con un ruido o un movimiento específicos que en algunos casos hemos indicado entre paréntesis. De ahí que el texto sea un reto a la imaginación del lector u oyente por lo menos tan serio como lo sería una acumulación de metáforas en un texto en castellano.
El ritmo es lo que da estructura y unidad a las estrofas (de versos monoléxicos preponderantemente): la primera está conformada por el típico compás anapéstico, en la segunda domina el de cuatro sílabas con acento en la última, la tercera es yámbica.
La única „frase“ en el sentido de una construcción sintáctica más compleja, la encontramos al final del texto:


Avañe’ê oisu’u yvy rapo
ha oipyte iñe’êrã.
La lengua del hombre [el idioma guaraní]
muerde la raíz de la tierra
y chupa sus futuras palabras.


Esta imagen equivale a una reflexión sobre la esencia de la lengua que pone de manifiesto sus virtudes concretas y „materiales“. Se evoca la conjunción íntima que parece existir entre la lengua y el universo cultural guaraní, al que pertenecen ciertamente la tierra y todo el mundo vegetal y animal. Hace comprender lo que significan los textos indígenas recopilados por León Cadogan bajo el título Yvyra ñe’êry (Del árbol fluye la palabra).
Abundan, por cierto, los textos que en sí mismos son reflexiones poetológicas, como Ryke’y de Miguelángel Meza [33], donde el poeta se dirige a la lengua guaraní como su „hermano mayor“ y donde expresa su disposición a ser sólo el medio — como en un acto de „escritura automática“ — que transmite lo que es inherente y propio a la lengua:


Ryke’y...
oimérõ remombe’uséva
cheko apysánte
ha nde reipotárõ
ikatu juru terã
kuã’api.
Nde mante va’ekue.
Nde mante va’erã jey oimehápe ku reike hypýva
ko’ãga
opáva nde apytî.
Hermano mayor
si hay algo que me quieres contar
yo soy todo oídos
y si quieres
puedo ser tu boca o
tu mano que actúa.
Tú sólo eras.
Tú sólo serás de nuevo, adónde quieras penetrar
ahora
que han acabado tus cadenas.


Podríamos mencionar muchos ejemplos que con recursos parecidos a los referidos, pero dejándose guiar por las potencias todavía ocultas del idioma, pretenden contribuir a una „Defensa e ilustración de la lengua guaraní“. Tal es el caso del Maitei (Saludo) [34] que Modesto Escobar Aquino dirige al gran poeta en guaraní Rudi Torga (35):


Nane ñe'ê guarani
porãite,
oguerojáva ipýpe
ka'aguy rory ymã
ha ñanemo'ãgui-ãguivéva
joyke'yteéicha
jaikove haguã,
opyryrýi ñane kûguýpe
ha ñane kûguýgui
opo opu’ã,
oñembo'y,
oñemombe,
opopo, opuka,
ojeroky,
oñani,
opyta
osyry, osyryry,
oñehê,
ojehykuavo,
hasê,
ovy'a,
ovevúi, oveve,
oho, ou,
ojupi, oguejy,
oñemomirî,
okevy, opukavy,
opáy, osapukái,
ojere, ojera,
ojeka, ipu,
osunu, oguyguy,
omimbi, overa,
ko'êmba.
Nuestra lengua guaraní
muy hermosa,
que trae en sí
la antigua alegría del bosque
y nos acerca cada vez más
como si nos pusiéramos uno al lado del otro
para que vivamos,
agilidad bajo nuestra lengua
y desde abajo de nuestra lengua
se levanta,
se pone de pie,
se vuelca,
salta, ríe,
baila,
corre,
queda,
fluye, fluye,
se derrama,
huele bien,
llora,
se alegra,
es ligera, vuela,
va, viene,
sube, baja,
se empequeñece,
dormita, sonríe,
está despierta, grita,
da vueltas, se desata,
explota, suena,
truena, retumba,
brilla, resplandece,
amanece del todo.


En todas estas creaciones se expresa una conciencia o por lo menos una esperanza de que el guaraní pueda independizarse del castellano, también llamado karai ñe’ê o „la lengua del señor“, y se implica que esa emancipación va de mano con la del pueblo que se expresa tradicionalmente en este idioma. Este deseo se viste de la típica forma apelativa en el siguiente texto de Félix de Guarania:

¡Anive peipykua ñe’ê!

Añandu
che pirî
hoy’sã
che aguije.
Kirirî,
kyhyje,
tekove
oñapytî.
¡Mba’épo
ojehu
che retã
i’ñe’êngu!
¡Anive
peipykua ñe’ê!
Peheja
toveve,
tohasa,
toheka
tape,
tojoka
ko’ê...
¡Anive
peipykua ñe’ê!
Peheja
toipyhy tape,
tomaña
yvate...
¡Toikoe
che retã
rekove!

¡Suelten las ataduras de la lengua!

Siento
escalofríos
se enfría
mi gracia.
Silencio,
temor,
vida
atada.
¡Qué
pasa
mi país
está mudo!
¡Suelten
las ataduras de la lengua!
Dejen que
vuele,
pase,
busque
camino,
rompa
el amanecer...
¡Suelten
las ataduras de la lengua!
Dejen que
haga camino
mire
alto...
¡Que viva
la gente
de mi país!


La síntesis estéticamente más lograda de la „defensa de la lengua“ con un profundo respeto por la cultura tradicional campesina, la combinación sublime de ñane ñe’ê y ñande reko en un lenguaje poético perfectamente actual, se da en la obra de Susy Delgado. Un símbolo de toda la cultura paraguaya de expresión guaraní es el tataypy, el lugar donde se enciende y guarda el fuego en la casa campesina. Esta imagen es omnipresente en la nueva poesía en guaraní, y Susy Delgado le ha dedicado todo un poemario, del cual presentamos un breve ejemplo:


12 [Toupáke]

Toupáke
chaguélo ñe'ême
oikove jeýva.
Toguerúke hikuái
hembiasakue,
tomyasãi tataypýpe,
tañanemondýi,
tañanemombáy,
toñembosarái ñanendive.
Toúke hikuái,
toguapy, topyta,
ha mitã toipe'áke hesa,
taipirî,
topuka.
Taiko'êke mitã akã ruguápe,
ñe'ê.

[¡Que vengan todos!]

Que vengan todos
los que han resucitado
en la voz del abuelo.
Que traigan
sus historias
y las desparramen junto al fuego
para que nos asusten,
nos desperecen
y jueguen con nosotros.
Que vengan,
se sienten y se queden
y que abran sus ojos los níños,
tengan escalofríos
y rían.
Y que amanezca en el fondo de su memoría,
la palabra.


En la constitución formal del texto son otra vez muy evidentes las aliteraciones y los paralelismos que realzan la sonoridad y el ritmo de la palabra. A nivel del significado se observa como el tataypy ya no es sólo el lugar del fuego sino también el asentamiento de la palabra — el ayvu rapyta, para hablar en términos de „teología“ indígena guaraní. En torno suyo se realizan la comunicación y el intercambio entre las generaciones en forma de voces y relatos. La dimensión pragmática tiene una vez más el doble cariz de invitación y plegaria: convite a la gran familia a reunirse alrededor del fuego y escuchar la palabra, y oración porque la palabra no pierda su virtud salvadora entre las futuras generaciones.
Las facetas temáticas de los textos que recurren a técnicas que provisional y heurísticamente hemos resumido bajo la etiqueta del tangara no se limitan a la reflexión sobre la lengua y la exaltación del hogar campesino. La pobreza y el problema social, la preocupación ecológica y cierta conciencia de una catástrofe inminente, la inquietud espiritual entre el recuerdo del mito indígena y una tímida esperanza de inspiración cristiana conforman otras tantas isotopías importantes. Todas se derivan orgánicamente del descubrimiento de la lengua guaraní no sólo como expresión y vehículo de una cultura, sino como símbolo material y concreto de toda una forma de ser en peligro de extinción. A la lengua sólo hay que hacerla hablar: ñamoñe’êna ñane ñe’ê, lo que en guaraní muy significativamente quiere decir también: „sepamos leer nuestra lengua“.


IV - ¿INTERTEXTUALIDAD O CREACIÓN ESPONTÁNEA?

Todo lleva a creer que los poetas en guaraní hayan encontrado la modernidad en su propia lengua sin inspirarse directamente en las vanguardias europeas o latinoamericanas. Consiguen una modernización „desde dentro“ y no por imitación, tal como se lo recomendó por ejemplo Alejo Carpentier a los escritores latinoamericanos hace más de 30 años. [36] Para Carpentier la búsqueda de nuevas formas y contenidos en los „contextos“ inmediatos era precisamente la única forma de superar el provincialismo y alcanzar un mayor grado de universalización. Con la poesía actual en guaraní tal vez haya venido el momento de poner un pero a tantos augures que han previsto el inevitable sacrificio del guaraní en aras del universalismo. [37]
Comparando los textos en guaraní con el panorama de los más renombrados poetas paraguayos en castellano, tal como lo reflejan las mejores antologías [38], no es tan fácil detectar tales tendencias de renovación — tal vez con excepción de poetas bilingües como Susy Delgado, Delfina Acosta o Mario Rubén Álvarez, todos tres integrantes del Taller de poesía Miguel Ortiz Guerrero. [39] Incluso Jesús Benítez Villalba, que en su ensayo sobre la „Vanguardia paraguaya“ se opone a la doctrina del „retraso poético“, tiene que reconocer que las estructuras sintácticas quedan intactas y que el vanguardismo se manifiesta sobre todo al nivel de los contenidos, especialmente el compromiso social. [40]
Aunque es muy poco probable que se trate de una „influencia“, mucho menos de una imitación, un intento de contextualizar la labor de los poetas en guaraní a nivel latinoamericano puede sugerir por lo menos dos puntos de enlace: Uno — el más obvio — es la oratura y la literatura actual en lenguas indígenas. En primer término habría que mencionar los textos míticos en guaraní tal como han sido publicados desde principios del siglo por etnólogos como Kurt Nimuendaju Unkel y León Cadogan. Sobre todo el estilo y también el tema del Ayvu rapyta son un punto de partida que no se puede pasar por alto. [41] Ya hemos mencionado la referencia explícita a la cultura religiosa de los Mbya que acompaña la edición de Tangara tangara. Pero tampoco habría que perder de vista la „literatura culta“ en otras lenguas indígenas de América. Es sorprendente la afinidad con los paraguayos que encontramos en ciertos textos del poeta maya-k’iche guatemalteco Humberto Ak’abal, p. ej. en Xirixitem Chikop que suena como un tapiz sonoro de „voces de pájaros“ (tal la traducción del título original). [42]
Hay otra corriente innovadora en cuyas cercanías habría que situar los nuevos líricos en guaraní y que además entronca con ciertas vanguardias de primera hora (Mallarmé, Apollinaire, parole in libertà) que afloran en nuestros textos. Se trata de la poesía concreta que actualmente parece cultivarse más en el Brasil que en los países de habla hispana. Al lado de Haroldo Campos, cuyas creaciones se distinguen por su carácter lúdico — muy notable también en los textos de Ramón Silva —, habría que mencionar al paulista Philadelpho Menezes. En 1992 presentó una colección de textos teóricos y ejemplos de Poesia sonora: poéticas experimentais da voz no século XX [43], en la cual cabrían perfectamente muchos poemas del tipo tangara.
Sin embargo, si convenimos que el regocijo de jugar con palabras y sonidos es un resorte de la creatividad para los nuevos poetas en guaraní no hay que ir tan lejos. Al respecto es explícita la definición de „poesía“ que da Feliciano Acosta en su manual de literatura en guaraní: „Hacer poesía“, dice, „‘es jugar con palabras combinándolas por su sonido, su ritmo y su significado’“. [44] Y a cualquier paraguayo que no ha perdido totalmente su arraigo en la cultura popular campesina el tangara de Ramón Silva le recordará ciertos versos y adivinanzas del folklore infantil. [45] No será por casualidad que casi todos los textos en este estilo que Lino Trinidad Sanabria publica en Taruma poty podrían adscribirse al género de poesía infantil y tienen por tema ciertos juegos de niños, como los versillos del trompo, Yvyrapyryrÿi:

[...]
¡Cháke ou Chavolái!
Ñañañíke che irû,
jahapa lo mitã
yvytu
ñaikytî,
jaiguyru
kuarahy
hakuvéva asaje.
Ñañañi,
ñaikytî yvytu.
Jahapa
lo mitã. [46]
[...]
¡Cuidado que viene Chavolái!
Corramos, mi amigo,
vámonos todos, muchachos,
el viento
cortamos,
pongámonos
al sol
que es más caliente a mediodía.
Corramos,
cortemos el viento.
Vámonos todos,
muchachos.


En el libro de textos escolares de Feliciano Acosta aparece un poema del propio Ramón R. Silva como ejemplo de „poesía folklórica“ [47] — Koréko, nombre de un juego de escondite —, aunque obviamente se trata de nada menos que una elaboración artística de un tema popular. Con esto se evidencian las raíces folklóricas, la congruencia con ñande reko, que no pierden estas creaciones poéticas aun cuando enfocan temas serios y existenciales.



V - ÑANDE REKO COMO UTOPÍA POÉTICA

En realidad, si se hace abstracción de los textos juveniles, la nueva poesía en guaraní es un arte limitado a un círculo de entusiastas de la lengua guaraní. Si la poesía en sí ya tiene pocos lectores y adeptos, ésta tiene menos aún. A esto se suman — en cierta contradicción al compromiso con la cultura de los campesinos y los pobres — un purismo lingüístico y el uso de abundantes neologismos que dificultan más el acceso a este universo poético. De tal forma la nueva poesía culta constituye un contrapeso a la literatura lingüísticamente más realista en jopara, aquella anárquica mezcla de guaraní y español. No hay que olvidar que esa otra corriente, con su semblante „contaminado“, también ya se ha impuesto como un instrumento literario válido para expresar ciertos aspectos de la realidad paraguaya. [48]
Quizás sea precisamente la conciencia y la aceptación de una audiencia restringida lo que ha dado nuevas alas a la imaginación creadora. En una buena tradición vanguardista los poetas no se hacen esclavos de los realismos que siempre han acechado a la poesía, estéticos, culturales o políticos. El modo optativo que prevalece en muchos de sus textos es una señal de que conciben el espacio poético como una utopía: algo que todavía no tiene lugar. Al mismo tiempo puede ser reto y modelo para unos pocos y — en el peor de los casos — siempre un lugar donde se reserva y conserva ñane ñe’ê, „nuestra lengua“ como esencia de „nuestra manera de ser“. Allí donde no son maestros o profesores, pudiendo disfrutar de los canales educativos para conquistar y sensibilizar oídos, se contentan con el papel de ser profetas de una selva que se está transformando en desierto — y ¿cuándo se ha escuchado al profeta en su propia tierra?

Ñande rekoy modernidad:
Hacia una nueva poesía en guaraní

Wolf Lustig
Johannes Gutenberg-Universität
Mainz (Alemania)

Preparado para ser entregado en el encuentro 1997 de la Latin American Studies Association, Continental Plaza Hotel, Guadalajara/México
17 a 19 de abril de 1997


[1]            Pérez Maricévich, Francisco: La poesía y la narrativa en el Paraguay, Asunción 1969, 14.
[2]            Pla, Josefina: "La literatura paraguaya en una situación de bilingüismo", en: Pla, Josefina: Obras completas. Ed. de M. A. Fernández, Asunción: RP Ediciones, 1992, vol. 3, 31 [7-35].
[3]            Fernández Arévalos, Evelio: "Presupuestos para una ‘política lingüística’ en el Paraguay", in: Cahiers du Monde Hispanique et Luso-Brésilien/Caravelle, 14 (1970), 27 [23-29].
[4]            Reiteradamente y con derecho se ha rechazado la confusión — no siempre inocente — entre literatura guaraní y literatura en guaraní (cp. p. ej. Benítez Villalba, Jesús: "La vanguardia paraguaya", in: Consiglio Nazionale delle Ricerche und Universidad Complutense (ed.): Las vanguardias tardías en la poesía hispanoamericana. Actas al cuidado de Luis Sainz de Medrano, Roma: Bulzoni, 1993, 248 [245-258].
[5]           Véase a ese respecto la larga discusión sobre el „efecto rémora“ que se le achacaba a la supervivencia del idioma guaraní en el Paraguay. Desde finales del s. XIX se venía afirmando que el bilingüismo frenaba el desarrollo económico, social y cultural del país y se veía en él una de las causas del retraso o de la escasa calidad y cantidad de la literatura paraguaya (¡en castellano!). El anglo-español Rafael Barret fue uno de los primeros en rechazar esta desatinada afirmación (cp. el breve resumen de la cuestión en el prólogo a Rodríguez-Alcalá, Hugo: Literatura Paraguaya, Asunción: Ed. Comuneros, 1971, 7-14).
[6]           Fernández Arévalos, 27.
[7]           Pla 1992, 27: „Sigue presentando [el grupo del 40] como característica la ausencia total del guaraní, ni aún como aliño de la poesía de tema local.“
[8]           Roque Vallejos (1971), cit. según Pla 1992, 20.
[9]           Guasch, Antonio, S.J.: El idioma guaraní. Gramática y antología de prosa y verso., Asunción: CEPAG, 1995, 383-418.
[10]         Pla 1992, 20.
[11]         Un verso corresponde a tres compases de 6/8.
[12]          Álvarez, Mario Rubén, et al.: Poesía taller, Asunción: Taller de Poesía Manuel Ortiz Guerrero, 1982, 34.
[13]          Véanse p. ej. las diferentes publicaciones de Feliciano Acosta, entre ellas Muã sa vera, Asunción: Vercam, 1996.
[14]        Pensamos en publicaciones, mayormente en guaraní o bilingües como Silva, Ramón R.: Arandu ka'aty aty, Asunción: Ed. Taller, 1991; Zarratea, Tadeo: Arandu ka'aty, Asunción 1989; Trinidad Sanabria, Lino: Ñane ñe'ê Guaraníme, Asunción: Universidad Católica, 1991; id.: Taruma poty. Ne’ê yvoty ha ne’êsyry aty poravopyre Guaraníme. Poemas y prosas escogidas en Guarani, con galería de homenaje a los cultores de esta lengua autóctona, Asunción: Biblioteca Paraguaya de Antropología de la Universidad Católica "Nuestra Señora de la Asunción", 1995.
[15]          Sobre el desarrollo de la poesía en guaraní desde finales del siglo pasado hasta la „nuevas tendencias“, véase Melià, Bartomeu: La lengua guaraní del Paraguay. Historia, sociedad y literatura, Madrid: MAPFRE, 1992, 204-230.
[16]          „Tienen que salir, sin traducción, porque la poesía en guaraní — y la prosa también — no tiene por qué nacer con la traducción“. (Carlos Martínez Gamba en un prólogo a: Escobar Aquino, Modesto: ¡Ha!... mborayhu, yvy puru’a, Asunción: Imprenta Salesiana, 1989, 6.
[17]          Son muy reveladores ciertos pasajes del Breviario Mínimo de este grupo que acompañan la citada edición: „...Buscamos con esta actividad iniciar una etapa de divulgación de nuestros trabajos poéticos [...], intentando recuperar de esta forma los valores casi olvidados de la poesía oral [...] convencidos de que la poesía es una de las más altas expresiones del espíritu de un pueblo [...]“.
[18]          Esta lista se basa principalmente en la que ha establecido Feliciano Acosta en Ñe'êporãhaipyre, Asunción: Vercam, 1996.
[19]          Friedrich, Hugo: Die Struktur der modernen Lyrik. Von der Mitte des neunzehnten bis zur Mitte des zwanzigsten Jahrhunderts. Erweiterte Neuausgabe, Reinbek bei Hamburg: Rowohlt, 1977.
[20]          Novalis, cit. según Friedrich, 29 (traducciones de las citas alemanas de W.L).
[21]          Ibid., 92s.
[22]          Ibid., 149.
[23]          Silva, Ramón R.: Tangara tangara, Asunción: Ed. Taller, 1985.
[24]          Lewis, Tracy K.: "Indígena e Indigenista en la literatura guaranítica paraguaya. ¿Un fracaso de etiquetas?", en: Preuss, Mary H. (ed.): Past, Present and Future. Selected papers on Latin American Literatures, Culver City: Labyrinthos, 1991, 123-28.
[25]          Silva, texto de latapa.
[26]          José Valentín Ayala, en el prólogo a Trinidad Sanabria 1992, 13.
[27]          Ñe-engatu, 100 (1996), 29.
[28]          En el título del poema aparece la grafía castellana para el nombre del país, mientras que en el propio texto se usa la ortografía guaraní: Paraguái.
[29]          Melià, 228.
[30]          Uso estos términos de la métrica grecolatina en un sentido exclusivamente cualitativo.
[31]          La expresión poética del movimiento fue uno de los logros de los futuristas italianos de principios de nuestro siglo, si bien se situaban en un contexto totalmente diferente, a saber el del entusiasmo por la revolución tecnológica.
[32]          Ava ñe’ê es además un sinónimo de „lengua guaraní“.
[33]          Meza, Miguelángel: Ita ha'eñoso. Ya no está sola la piedra, Asunción: Alcándara, 1985, 64-67
[34]         Escobar Aquino, Modesto: Ñe'â ñe'ê yvoty ha Ñemongeta Kito Kolôndive, Asunción: Imprenta Salesiana, 1993, 31-35.
[35]          Rudi Torga puede considerarse como el decano de la nueva poesía en guaraní aunque ha cultivado sobre todo las formas tradicionales, hecho explicable por su preferencia por la presentación cantada con música. Véase al respecto su poemario en guaraní Mandu'arã. Obras poéticas en guaraní, Asunción: Ñandereko, 1990. Más interesantes para nuestro tema que sus poesías es su recración de una danza indígena (Ka’aguy pytû) que viene acompañada de reflexiones sobre „el origen de la música paraguaya“ y „la influencia indígena en el ritmo“ (todo en el mismo volumen).
[36]          "Problemática de la actual novela latinoamericana", en: Tientos y diferencias,Montevideo: Arca, 31973 [11964]. Cp. Lustig, Wolf:Christliche Symbolik und Christentum im spanischamerikani­schen Roman des 20. Jahr­hun­derts. Con un resumen en español, Frankfurt am Main/Bern/New York/Paris: Peter Lang, 1989, 143s. y 149s.
[37]          Es esta una tendencia que se manifiesta a lo largo de la obra de Josefina Pla: „Pero por encima de las innegables resistencias de las formas mentales aborígenes, por encima del mismo acervo de formas hispánicas de vida que perpetúan su imperio a través de los cauces idiomáticos, se hacen presentes día a día otras formas actualísimas de vida que no son presunta imposición de una disciplina conquistadora, sino signos de participación en un destino universal al que esta área no puede, ni más ni menos que otra de Latinoamérica o de otra parte del mundo, evadirse.  Ahora bien, esas formas nuevas no pueden abrirse paso sino a través del verbo hispánico, por tanto instrumentadas selectivamente por él, en él sustanciadas semánticamente.“ ("Español y guaraní en la intimidad de la cultura paraguaya", in: Cahiers du Monde Hispanique et Luso-Brésilien/Caravelle, 40 (1970), 20 [7-21])
[38]          Méndez Faith, Teresa: Breve antología de la literatura paraguaya, Asunción: Ed. El Lector, 1994; Pla, Josefina: "Antología de poesía paraguaya", in: Cuadernos Hispanoamericanos, 68:203 (1966), 281-325.
[39]          De este último compárese p. ej. „Herencia“ de La sangre insurrecta (1992), también en Ñe-engatu, 84 (1995), 28.
[40]          Benítez Villalba, 258.
[41]          Cadogan, León: Ayvu rapyta. Textos míticos de los Mbyá-Guarani del Guairá, Asunción: CEADUC-CEPAG, 1992. Especialmente las frecuentes anáforas en los himnos mbya parecen haber sido adaptadas de buen grado por los poetas. Compárese el interés que Rudi Torga demuestra en Ka’aguy pytû por la oratura de los Paî Tavyterã, aunque ésta no es tan presente como fuente de inspiración para sus propios trabajos.
[42]          Breve antología poética, 1995, también en: „Nueva poesía América Latina. Ein Panorama“, en: Literaturmagazin (Reinbek bei Hamburg), 38 (1996), 42-152. Significativamente, este panorama pensado para lectores alemanes interesados en poesía latinoamericana es introducido por un ensayo de Tobias Burghardt intitulado „Im Mittelpunkt steht das Wort“ („En el centro está la palabra“).
[43]          Una presentación de esta corriente se encuentra en: Siebenmann, Gustav: Die lateinamerikanische Lyrik 1892-1992, Berlin: Erich Schmidt Verlag, 1993, 114-117.
[44]          Acosta, Ñe'êporãhaipyre, 135.
[45]          Ver muestras en guaraní, jopara y castellano en González Torres, Dionisio M.: Folklore del Paraguay, Asunción 1992, 30-35 y 63-68.
[46]          Yvyrapyryrÿi („Trompo“), Ñaha’ã guyra’i („Juguemos al pajarito“), Kuarea ha uñi (un juego de bolitas). Compárese el poemario juvenil de Feliciano Acosta: Muã sa vera, Asunción 1996, que, sin hacer referencia explícita al tangara, presenta textos de hechura parecida.
[47]          Acosta,  Ñe'êporãhaipyre,69-71. El texto viene introducido por la aclaración que „hay mucha poesía como ésta en nuestro país“, destacándose la actividad etnográfica del autor.
[48]          En Tesarái mboyve Susy Delgado ha dado considerables pruebas de que es posible una poesía estéticamente exigente en lengua coloquial jopara. Un ejemplo para la narrativa es la novela Ramona Quebranto, publicada en 1989 por la escritora asuncena Margot Ayala de Michelagnoli, cuyos rasgos lingüístico-literarios se estudian en Lustig, Wolf: "Mba'éichapa oiko la guarani? Guarani y jopara en el Paraguay", en: Ñemitÿ, 33 (1997), 12-32.