EN SERENATA
RECLAMO DE AMOR
Letra: HERIB CUENCA RIVEROS
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
RECLAMO DE AMOR
Letra: HERIB CUENCA RIVEROS
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
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.
La rebeldía fue el signo de su vida. No se conformó con el orden establecido y, a su modo, peleó a brazo partido para transformar una realidad socio-política donde el reparto de la riqueza y las oportunidades fuera más equitativo.
Su actitud de enfrentamiento a las autoridades le acarreó no pocos inconvenientes. Los poderosos no toleran por mucho tiempo a los que disparan contra sus intereses. Las persecuciones se tradujeron en dolorosos exilios.
Pese a las adversidades, en todo momento, HERIB (HERIBERTO) CUENCA RIVEROS -nacido en el barrio capitalino de Lomas Valentinas, conocido como Chacarita, hoy Ricardo Brugada, el 16 de marzo de 1900 y fallecido en Asunción el 4 de julio de 1988- fue siempre un poeta sensible a los requerimientos de su tiempo.
Combatiente en las fuerzas derrotadas del coronel ADOLFO CHIRIFE (guerra civil de 1922/23 entre saco puku y saco mbyky, facciones liberales), fue deportado a Clorinda tras la masacre de estudiantes ocurrida el 23 de octubre de 1931.
Tras el asesinato del teniente Adolfo Rojas Silva en el Chaco, había fundado una asociación para reclamar a Bolivia -a través del Gobierno-, la devolución de los restos del militar. Por eso, cuando estalló la guerra, fue el primero en presentarse.
“Se alistó en el Regimiento de Caballería N°. 7 “San Martín” y fue jefe del grupo de ametralladora pesada en cuyo manejo se adiestrara durante su servicio militar en la guarnición de Villa Hayes y donde fuera destinado a raíz de su actuación en la huelga estudiantil de 1918”, relata CANCIO GIMÉNEZ (1) aludiendo, en la última parte, al tiempo en que estudiaba en el Colegio Nacional de la Capital.
En el frente, su amor a la palabra siguió incólume. Sus obras poéticas -MADRINA DE GUERRA, LA TROVA DEL SOLDADO y otras- y su participación como redactor en el periódico «EL AMETRALLADOR» corroboran esa afirmación.
Antes de acudir al infierno de sangre y fuego, Herib tuvo un activo protagonismo en la vida cultural paraguaya. «Papá era maestro de escuela, incansable y combativo. Sus amigos eran EMILIANO R. FERNÁNDEZ, quien lo llamó “POETA ESTERO GUYRAŨ CHORE”; DARÍO GÓMEZ SERRATO, NARCISO R. COLMÁN, JOSÉ ASUNCIÓN FLORES y HERMINIO GIMÉNEZ, entre otros», recuerda su hijo FELIPE CUENCA RIVEROS BENÍTEZ, profesor de boxeo.
«Muchos de sus versos cuentan con música. EN SERENATA, por ejemplo, tiene melodía de HERMINIO GIMÉNEZ. Seguramente le escribió, en castellano y guarani, a una novia de entonces. Es una polca canción cuyo original, que rescaté de Autores Paraguayos Asociados, APA, está fechado en junio de 1931. Fue poco antes de ser echado del país por primera vez», continúa relatando Felipe.
«El maestro Flores le puso ritmo de guarania, en diciembre de 1927, a otra letra suya. Se llama IPOTÝNE NDÉVE GUÃRÃ, dedicada a una tal BERNARDITA, sin más datos. Como los dos eran chacariteños, se apreciaban mucho. Con ROGELIO CUBILLA, el padre del músico y compositor ALEJANDRO CUBILLA, compuso CANILLITA y ÑANDE RUVICHA. RESURRECCIÓN es con música de LUIS CAÑETE».
Leal a su inconformismo, en 1947, sufrió otra derrota. Y otro exilio. Esta vez más largo, hasta 1963, en Buenos Aires.
«Escribía siempre. Donde iba, estaba sobre el papel. En su haber posee varias obras poéticas publicadas. Fue periodista y también dramaturgo. Algunas de sus creaciones para las tablas son MBORIAHU MEMBY, ÑANDE YPYKUE, LADRILLO SOBRE LADRILLO, GUAĨGUĨ HA VITRÓLA y CHE TROMPO», concluye FELIPE CUENCA RIVEROS BENÍTEZ.
(1) GIMÉNEZ, CANCIO. Escritores y músicos de la época de la Guerra del Chaco (Tomo I). Asunción, Ediciones Intento, 1987. Pág. 38
EN SERENATA
Florcita del ensueño, mi musa inspiradora
ajúvo ne rendápe tupãsy romomorã
cantar quiero en tu reja. ¡Oh niña seductora!
apurahéita ndéve ko che mba’e pota.
Bendita eres niña en tu lecho perfumado
rekévanga reína nde tupãsy memby
tu alma, blanco lirio, ni el céfiro ha besado
ha che un triste bardo upéva arohory.
Quisiera que mis versos penetren en tu alcoba
ymáma anga aikóva ne mborayhu reka
por ti mi corazón constantemente llora
ha nde, ne ahẽ guãiguĩ, ne korasõ ita.
Ay niña, me quema tu mirada pudorosa
pe nde resa jajáipe ymáma che mboypi
te pido arrodillado, sé niña bondadosa
ko nde rayhuhamíme ani rembosufri.
Descubro en tu pecho dos guindas existentes
ha upévare hi’nte mitãicha akambu
tal vez llegue la hora que presto y arrogante
ajúvo nde retépe añotỹ che mborayhu.
La rebeldía fue el signo de su vida. No se conformó con el orden establecido y, a su modo, peleó a brazo partido para transformar una realidad socio-política donde el reparto de la riqueza y las oportunidades fuera más equitativo.
Su actitud de enfrentamiento a las autoridades le acarreó no pocos inconvenientes. Los poderosos no toleran por mucho tiempo a los que disparan contra sus intereses. Las persecuciones se tradujeron en dolorosos exilios.
Pese a las adversidades, en todo momento, HERIB (HERIBERTO) CUENCA RIVEROS -nacido en el barrio capitalino de Lomas Valentinas, conocido como Chacarita, hoy Ricardo Brugada, el 16 de marzo de 1900 y fallecido en Asunción el 4 de julio de 1988- fue siempre un poeta sensible a los requerimientos de su tiempo.
Combatiente en las fuerzas derrotadas del coronel ADOLFO CHIRIFE (guerra civil de 1922/23 entre saco puku y saco mbyky, facciones liberales), fue deportado a Clorinda tras la masacre de estudiantes ocurrida el 23 de octubre de 1931.
Tras el asesinato del teniente Adolfo Rojas Silva en el Chaco, había fundado una asociación para reclamar a Bolivia -a través del Gobierno-, la devolución de los restos del militar. Por eso, cuando estalló la guerra, fue el primero en presentarse.
“Se alistó en el Regimiento de Caballería N°. 7 “San Martín” y fue jefe del grupo de ametralladora pesada en cuyo manejo se adiestrara durante su servicio militar en la guarnición de Villa Hayes y donde fuera destinado a raíz de su actuación en la huelga estudiantil de 1918”, relata CANCIO GIMÉNEZ (1) aludiendo, en la última parte, al tiempo en que estudiaba en el Colegio Nacional de la Capital.
En el frente, su amor a la palabra siguió incólume. Sus obras poéticas -MADRINA DE GUERRA, LA TROVA DEL SOLDADO y otras- y su participación como redactor en el periódico «EL AMETRALLADOR» corroboran esa afirmación.
Antes de acudir al infierno de sangre y fuego, Herib tuvo un activo protagonismo en la vida cultural paraguaya. «Papá era maestro de escuela, incansable y combativo. Sus amigos eran EMILIANO R. FERNÁNDEZ, quien lo llamó “POETA ESTERO GUYRAŨ CHORE”; DARÍO GÓMEZ SERRATO, NARCISO R. COLMÁN, JOSÉ ASUNCIÓN FLORES y HERMINIO GIMÉNEZ, entre otros», recuerda su hijo FELIPE CUENCA RIVEROS BENÍTEZ, profesor de boxeo.
«Muchos de sus versos cuentan con música. EN SERENATA, por ejemplo, tiene melodía de HERMINIO GIMÉNEZ. Seguramente le escribió, en castellano y guarani, a una novia de entonces. Es una polca canción cuyo original, que rescaté de Autores Paraguayos Asociados, APA, está fechado en junio de 1931. Fue poco antes de ser echado del país por primera vez», continúa relatando Felipe.
«El maestro Flores le puso ritmo de guarania, en diciembre de 1927, a otra letra suya. Se llama IPOTÝNE NDÉVE GUÃRÃ, dedicada a una tal BERNARDITA, sin más datos. Como los dos eran chacariteños, se apreciaban mucho. Con ROGELIO CUBILLA, el padre del músico y compositor ALEJANDRO CUBILLA, compuso CANILLITA y ÑANDE RUVICHA. RESURRECCIÓN es con música de LUIS CAÑETE».
Leal a su inconformismo, en 1947, sufrió otra derrota. Y otro exilio. Esta vez más largo, hasta 1963, en Buenos Aires.
«Escribía siempre. Donde iba, estaba sobre el papel. En su haber posee varias obras poéticas publicadas. Fue periodista y también dramaturgo. Algunas de sus creaciones para las tablas son MBORIAHU MEMBY, ÑANDE YPYKUE, LADRILLO SOBRE LADRILLO, GUAĨGUĨ HA VITRÓLA y CHE TROMPO», concluye FELIPE CUENCA RIVEROS BENÍTEZ.
(1) GIMÉNEZ, CANCIO. Escritores y músicos de la época de la Guerra del Chaco (Tomo I). Asunción, Ediciones Intento, 1987. Pág. 38
EN SERENATA
Florcita del ensueño, mi musa inspiradora
ajúvo ne rendápe tupãsy romomorã
cantar quiero en tu reja. ¡Oh niña seductora!
apurahéita ndéve ko che mba’e pota.
Bendita eres niña en tu lecho perfumado
rekévanga reína nde tupãsy memby
tu alma, blanco lirio, ni el céfiro ha besado
ha che un triste bardo upéva arohory.
Quisiera que mis versos penetren en tu alcoba
ymáma anga aikóva ne mborayhu reka
por ti mi corazón constantemente llora
ha nde, ne ahẽ guãiguĩ, ne korasõ ita.
Ay niña, me quema tu mirada pudorosa
pe nde resa jajáipe ymáma che mboypi
te pido arrodillado, sé niña bondadosa
ko nde rayhuhamíme ani rembosufri.
Descubro en tu pecho dos guindas existentes
ha upévare hi’nte mitãicha akambu
tal vez llegue la hora que presto y arrogante
ajúvo nde retépe añotỹ che mborayhu.
HISTORIAS DE CANCIONES
POPULARES PARAGUAYAS
Autor y ©: MARIO RUBÉN ÁLVAREZ
Edición del autor y Julián Navarro Vera
Dibujo de tapa: CALO
Diseño de tapa: Isaac Duré Giménez
Editora Litocolor S.R.L.
Asunción-Paraguay 2007
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Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.
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