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martes, 20 de abril de 2010

JOSÉ ZANARDINI - PUEBLO AVA GUARANÍ y PUEBLO PAÎ TAVYTERÂ / Fuente: LOS PUEBLOS INDÍGENAS DEL PARAGUAY . Autor: JOSÉ ZANARDINI.

INVESTIGACIÓN de
JOSÉ ZANARDINI
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )


PUEBLO AVA GUARANÍ
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Eran conocidos también como Chiripa, Avá Chiripá, también como Chiripá-Guaraní o Avá-katu-eté.
Ellos se autodenominan Avá Guaraní, o sea hombre guaraní; sin embargo, el término Avá tiene connotaciones despectivas en el lenguaje común de los paraguayos, utilizándose dicha palabra como una ofensa hacia alguien, o para expresar que una persona es de mal genio o es traicionera.
Según León Cadogan, ya en 1959 los Avá Guaraní eran el pueblo más aculturado, los más "paraguayizados", como él mismo dice. Esto es debido a su forma de hablar el guaraní, a sus rasgos fisonómicos, a su indumentaria, a los trabajos que realizan y en general por su forma de relacionarse con la sociedad envolvente.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Los Avá Guaraní que viven en la zona de Canindeyú y Alto Paraná fueron obligados a trabajar en los yerbatales de la Industrial Paraguaya S.A. a partir de fines del siglo XIX. Es conocida la trágica situación de los trabajadores de los yerbales (yerba mate: Ilex paraguaiensis), que tuvo eco en los hermosos escritos de Rafael Barret en los primeros años del siglo XX. En el sistema de trabajo esclavista de los yerbales, los dueños contrataban una persona para realizar las tareas de siembra, cosecha y elaboración; este contratista tomaba a su vez a otra persona como sub contratista, y éste hacía lo propio con un tercero y así sucesivamente, hasta llegar al último anillo, el de los más explotados, que eran, por supuesto, los indígenas, en este caso los Avá Guaraní.
Los espacios habitados por este pueblo comenzaron a sufrir la deforestación en la década de los sesenta, de tal manera que se vieron obligados a buscar alternativas a su modo de subsistencia tradicional.
Su espacio geográfico ha sido ampliamente abrasilerado, enajenándose muchas de sus tierras a favor de grandes empresas del Brasil, en especial cultivadores mecanizados de soja.
La construcción de la ruta Coronel Oviedo - Río Paraná, la fundación de Ciudad del Este, la construcción del puente "De la amistad" entre Paraguay y Brasil y finalmente la represa hidroeléctrica de Itaipú también contribuyeron a alterar substancialmente el hábitat de esta etnia.
Varias comunidades han sido desalojadas por el embalse de las aguas de Itaipú y obligadas a reubicarse en lugares pequeños, frecuentemente inadecuados para su vida. Largos conflictos por la tenencia de la tierra, algunos de ellos todavía no acabados, aumentaron la tragedia de este pueblo y aceleraron el contacto con su entorno. Han vivido un fuerte proceso de mestizaje.
El contacto con la sociedad nacional ha introducido rapidísimas transformaciones en la cultura material y en los hábitos de vida de este pueblo. Se debe acotar sin embargo que, en los últimos años, se ha registrado un considerable movimiento interno de revalorización de lo propio, de lo auténtico, de lo ancestral.

LA CULTURA AVA GUARANÍ
El centro de fuerza para conservar y transmitir la memoria del pasado es el jeroky ñembo’e, danza sagrada donde participa toda la comunidad con sus chamanes cantores llamados oporaíva mientras el coro de mujeres marca el ritmo con las takuara que percuten el suelo.
En el jeroky ñembo’e se fortalecen los vínculos con los seres divinos y entre los miembros de la comunidad, podríamos decir que es corno un momento de síntesis de todos los aspectos de la cultura Avá Guaraní. Es un momento de transmisión por parte de los oporaíva de los valores culturales y de los relatos míticos a los miembros del grupo. Es por lo tanto un momento de formación que tiene como componente la memoria del pasado; y es a la vez rito, celebración, fiesta y alegría.
El jeroky ñembo’e tiene el poder de neutralizar y ahuyentar los influjos maléficos que puedan dañar a la comunidad o a alguno de sus miembros. Se desarrolla en la así llamada casa de oración, donde están bien ubicados los elementos rituales, incluso una batea de cedro, donde con antelación se ha preparado la bebida ritual: la chicha, obtenida por la fermentación del maíz. Es una bebida liviana que alegra el corazón y produce un estado de ánimo colectivo apaciguado.

ECONOMÍA
Los Avá Guaraní plantan pequeñas chacras donde talan los árboles y usan sistemas de cultivo tradicional, sin remover la capa superficial del terreno, simplemente colocando la semilla en un pequeño hoyo vertical.
Cultivan tradicionalmente la mandioca dulce, muchas variedades de maíz, batata, frijoles, maní, calabaza, banano, mamón, melón, yerba mate y caña de azúcar. En época reciente, un interesante proyecto llamado Ñemity Tesairã, desarrolló un vivero de plantas y frutales autóctonos que fueron luego repartidos a más de veinte comunidades. Se introdujeron también plantas de cítricos: naranja, limón y mandarina.
En los últimos años también se ha intentado desarrollar cultivos de valor comercial arroz, algodón y soja con escaso o nulo resultado. Esto debido a que los indígenas no están acostumbrados a la aplicación de sistemas crediticios, que frecuentemente son sostenidos por usureros.
La recolección de miel sigue teniendo un lugar importante para la alimentación; últimamente se han introducido también panales de abejas domésticas.
La carne silvestre ocupaba tradicionalmente un lugar destacado en la dieta, mientras que la pesca tenía una importancia secundaria. Ahora se crían gallinas, guineas, pavos, cerdos y en algunos casos animales vacunos.
En los últimos veinte años, el trabajo asalariado ha adquirido una importancia decisiva en la economía guaraní. Los indígenas salen de sus comunidades para ofrecer su fuerza de trabajo como changadores en los establecimientos agrícolas de la zona, donde se les emplea para tareas de limpieza de campos, carpida y otras similares.
Existe una división del trabajo por género: caza, pesca, recolección de miel, son tareas exclusivamente masculinas, mientras que la recolección de frutas y vegetales está a cargo de las mujeres, en tanto que en la chacra trabajan varones y mujeres indistintamente.
La tenencia de la tierra es comunitaria, así como era en los antiguos pueblos guára; territorio bien delimitado para un grupo donde existía un tekoha ruvichá, generalmente un líder religioso (ñanderu) asistido por la asamblea de todos los miembros, llamada aty guasú.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA
Estos eran grupos prácticamente anárquicos en el sentido político, porque las decisiones debían ser tomadas por el aty guasu. Nos encontramos, pues, ante una forma de organización de la sociedad fuertemente igualitaria.
Los mitos están en la base de las leyes, porque con el mito se transmite todo un complejo de normas que fundamentan las relaciones entre las personas y entre las comunidades. Los Avá Guaraní están convencidos de que para ser ellos mismos, deben guardar firme observancia de todo lo que implica su cultura, su verdadera cultura (teko ete). Esto significa el respeto estricto de todos los compromisos y las normas de convivencia relacionadas con el parentesco, el matrimonio, la reciprocidad, las danzas rituales, el cuidado de los cultivos, la caza, los cantos guau y los cantos kotyu.
Transcribimos algunas de las manifestaciones, recogidas por Chase Sardi, relacionadas con la forma que utilizan los oporaíva más prestigiosos para transmitir este cuerpo de enseñanzas y normas de vida y convivencia.
- "Nosotros enseñamos en las reuniones".
- "Nosotros hablamos bien entre nosotros cómo debemos ser".
- "Los padres en la casa enseñan a los niños cómo deben comportarse".
- "Los oporaíva saben todo como debe ser. Lo que los blancos conocen por medio del papel, ellos lo conocen por medio de nuestro Creador".
- "Nuestra cultura es una verdadera herencia, que es transmitida por las almas de los antepasados, a quienes los reverencian".
-“Antes nosotros hablábamos en nuestro verdadero idioma, ahora estudiamos y hablamos castellano, o el guaraní que usan los paraguayos; pero algunos ya no recuerdan nuestro idioma (ayvu). Esta es una de las formas en las cuales nosotros traicionamos nuestras costumbres".

MEDICINA TRADICIONAL
Su medicina tradicional registra dos aspectos fundamentales: el primero, que es el más ampliamente difundido, se basa en la utilización y el conocimiento de las propiedades terapéuticas de diferentes vegetales, raíces, hojas, cortezas, frutos, que son aplicados y utilizados empleando una sabiduría ancestral muy acabada, sutil y experimentada.
El segundo aspecto de su medicina se vincula con el chamanismo; una manera tradicional de practicar las curaciones, utilizada por todos los pueblos indígenas de la tierra. Se tiene conocimiento de que la palabra chamán ya era utilizada en la antigüedad en Siberia, y que el uso de la "institución chamánica" ha tenido una difusión prácticamente universal.

CULTURA MATERIAL
La cestería de los Avá Guaraní está relacionada íntimamente con la "cultura del maíz". Se trata de recipientes, ajó o yrú ague fundamentalmente destinados al transporte de este grano; de forma cilíndrica y base triangular, son trenzados en forma diagonal con hojas de la palma pindó, y reforzados con fibras de güembepí. Se usan también, suspendidos del altar, como receptáculo de los objetos de culto (pipas chamánicas, collares, bandoleras ceremoniales, maracas).
Otro trabajo de cestería, de menor tamaño, confeccionado con chala del maíz y a veces decorado con pequeñas plumas de colores, el ajaká, suele ser usado como receptáculo de pequeños objetos, algunas veces provisto de tapa confeccionada con el mismo material. La cestería de los Avá Guaraní no llega a alcanzar el grado de desarrollo y elaboración que posee la de sus vecinos Mbyá, especialmente en cuanto a la rica ornamentación que ostentan los trabajos de estos últimos.
La pintura corporal es hoy, entre los Avá Guaraní, una práctica casi exclusiva de las mujeres, quienes recurren, en ocasión del jeroky ñembo’e, a la aplicación de colores y formas sobre el rostro, representando las diferentes fases lunares.
El akangu’a, tradicional adorno plumario para la cabeza de los chamanes, es confeccionado con pequeñas plumas de tucán o loro guacamayo aplicadas sobre una banda frontal tejida con fibra de algodón o de ortiga brava. Tanto el akangu’a como los collares ceremoniales son confeccionados por el mismo chamán que habrá de usarlos en sus prácticas rituales. En el akangu’a está representada la figura del sol, kuarahy, quien hace uso de esta pieza para enfrentar a jaguá, que muere finalmente, consumido por los rayos solares, tal cual lo narra la tradición en el "Ciclo de los Gemelos".
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PUEBLO PAÎ TAVYTERÂ
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En el guaraní hablado por este pueblo, Paî es el título que emplean los dioses al dirigirse la palabra y Tavyterâ significa habitantes de la ciudad del centro de la tierra. También se les ha llamado Pan y Terenohe. León Cadogan añade que "admitirían la palabra Ka’aygua" por sus relaciones con ka’a (yerba mate: Ilex paraguaiensis) pero no Ka’ygua, nombre despectivo que aplican a los Mbyá Guaraní. Tampoco aceptan la denominación Kaiová con la que a veces se los ha designado. Como vemos, la autodenominación Paî Tavyterâ tiene un profundo contenido religioso.
Las primeras descripciones los presentan con estas tres características culturales: creencia en un solo Dios, uso ritual de la cruz y el porte de una tonsura en la cabeza como los sacerdotes. Pero estas descripciones carecen de rigor científico ya que son puramente externas; y así, probablemente, le atribuyen el monoteísmo, porque no vieron ritos idolátricos; hablan de cruz porque el mismo Montoya relata la leyenda de cuando pasó Santo Tomé (llamado en Paraguay Pa’i Zume y en Perú Pai Turne) y les dejó la profecía de que después de haber perdido la doctrina que él les había enseñado, habrían venido otros mensajeros cuyas características habrían sido la cruz como él (Pa’i Zume) llevaba. Según el estudio de la cultura material de los Tupí Guaraní hecho por Metraux, la cruz no estaría relacionada con la cultura original, más bien, introducida por efecto de la colonia. En cuanto a la tonsura se la podría relacionar con la práctica de los Itatines de rasarse la parte delantera de la cabeza, o el occipucio, o la parte derecha o la izquierda.

UBICACIÓN
Los actuales Paî Tavyterâ se extienden también al este de la cordillera del Amambay, en territorio brasileño, donde se les conoce como Kaiová. En los últimos años se han registrado entre ellos numerosos suicidios, incluso de personas muy jóvenes, debido a que encuentran que la vida no tiene sentido fuera de su hábitat tradicional. Muchas comunidades fueron despojadas de sus territorios, utilizados luego para cultivos de soja, y arrinconadas en pequeños espacios urbanos. El trastorno cultural debido al cambio radical de su modo de vida tradicional produjo la voluntad generalizada de no seguir viviendo. Para los indígenas la vida trasciende permanentemente lo estrictamente biológico; de manera que faltando elementos básicos para el mantenimiento de sus formas culturales, caen las razones para continuar viviendo.
Algunos importantes hechos nacionales del siglo XIX ejercieron también una influencia muy fuerte sobre los Paî Tavyterâ; así, por ejemplo, la Guerra Grande (1865 -1870) y la muerte del Mariscal López en 1870 en Cerro Corá (tradicional territorio Pa) marcó profundamente su relacionamiento con la sociedad envolvente.
Después de la Guerra Grande el Paraguay vendió ingentes cantidades de tierra a empresas privadas, entre ellas La Industrial Paraguaya S.A. que llegó a poseer más de dos millones de hectáreas, incluyendo gran parte del territorio de los Paî Tavyterâ. Los indígenas se vieron entonces compelidos a trabajar para esta empresa en sus propias tierras como único medio de lograr la permanencia en sus sitios históricos.
Miraglia escribe en 1929: "Algunos de los Guaraní trabajan en empresas forestales apenas el tiempo necesario para obtener un hacha, una vieja escopeta, una olla de hierro o un trozo de tela. En retribución de su trabajo exigen objetos y mercancías pero raramente dinero pues, no conociendo su valor, sino de modo sumario, han sido con frecuencia engañados".

GRUPOS DE LA NACIÓN PAÎ
La nación Paî está dividida en tres grandes grupos: YVYPYTEGUA, MBERYOGUA y YVYPOPYGUA. Los dos primeros en la margen derecha del río Mberyo o Aquidabán, siendo estos los más numerosos; el tercero, habitantes de la margen izquierda de dicho río, incluye a los Paî habitantes del lado brasileño de la frontera.

LOS CERROS SAGRADOS
Podemos decir que la cultura Paî Tavyterâ se concentra de alguna manera alrededor y a partir de los cerros. Entre ellos está en primer lugar el Cerro Guazú, que en el lenguaje Paî es conocido como Jasuka Venda o Karavie Guazu. Este cerro, que es en realidad un conjunto de cerros más pequeños, es considerado como el centro del mundo, el lugar de los dioses, el origen primigenio de todo el cosmos. En estos cerros se encuentran también grutas con inscripciones que deberían ser oportunamente descifradas y estudiadas.
Después está el Cerro Ka’i Nambi o Ára Guyje o Guejy, que sería el lugar donde apareció Ñane Ramoi Jusu Pa Pa, el primer ser divino y que marca por lo tanto el comienzo del tiempo. Está el cerro Perô o Ipir o Kurupiry que sería la morada de uno de los dioses de la segunda generación, el dios de la maldad.
Al comienzo, la tierra era delimitada por once cerros que constituirían los mojones de un territorio llamado Yvypyte; al comienzo era poblada por los dioses, luego fue poblada por los Paî Tavyterâ. Ñane Ramoi Jusu Pa Pa, antes de dejar el Yvypyte lo extendió por los cuatro costados agrandándolo, y se formó así el Yvypopy, que es el lugar donde viven ahora. Los nombres de los once cerros, repartidos por departamentos, son los siguientes:
Amambay:
1- Ita Kuatia
2- Ita Vovo
4- Panambiy
6- Ita kangue
7- Ita Jeguaka
Concepción: Canindeyú:
8-Jari Gua 'a
9-Ava Kañy
Canindeyú:
10-Jaguatî
11-Aguara Veve

CREENCIAS RELIGIOSAS
El creador absoluto de la tierra es Ñane Ramoi Jusu Pa Pa, quien la entregó gratuitamente a los mortales para que la cuiden, la conserven como algo que debe perdurar en el tiempo futuro; la tierra es como una madre que alimenta a sus hijos, y por lo tanto merece respeto, así como se respeta a la madre. No entra en la mentalidad de los Paî lo de vender o comprar la tierra porque sería como comprar y vender la propia madre. La tierra es sinónimo de vida, en ella está el aire para respirar, el agua para tomar y criar peces, la selva que cobija a los animales, que los alimenta, los árboles medicinales que los curan y todos aquellos elementos rituales que sostienen espiritualmente a las comunidades. Como ellos plásticamente lo expresan: "La tierra da gratuitamente todo lo que el hombre necesita para su vida; no nos vende el aire, el agua y las plantas. De su seno extraemos los tubérculos, en su seno se sostienen las raíces que producirán los frutos, las semillas y las savias que ayudan a dar y conservar la vida. Sobre su superficie nacen y crecen los animales que son alimentos vitales. Por eso la tierra es tan madre como la humana'.
Los Paî viven una profunda armonía religiosa con la tierra; todo lo referente a los cultivos, a la cosecha, al sistema alimenticio, al manejo de los animales y de la selva tiene un trasfondo religioso; los dioses son los dueños de todo y ellos marcan pautas culturales para conservar la armonía en sentido vertical (persona-dioses) y horizontal (persona-persona y persona-naturaleza).

LA TIERRA SIN MAL
La presencia del mal y de la imperfección es combatida con la búsqueda del Yvy Marane’y, la tierra sin mal, que es un lugar geográficamente ubicado hacia el este y para llegar a él hay que cruzar el Gran Mar originario. De aquí el carácter sagrado del cedro que serviría para hacer las embarcaciones. Más allá de buscar geográficamente el lugar de la tierra sin mal, el significado de esta búsqueda es vivido en las comunidades como una tendencia hacia lo bueno, lo perfecto, lo justo, lo tranquilo, lo que debería ser.
Conciben la muerte como un retorno a su hábitat primitivo, sería como una desencarnación después de haberse encarnado con el nacimiento. Viven con la idea del retorno aunque no saben cuándo será, ni dónde, ni cómo, pero sí, que ocurrirá a consecuencia de una enfermedad inevitable, es una especie de doctrina fatalista, resumida como sigue:
-"La enfermedad sólo preocupa por si no fuera aquella que debe servir como camino del retorno. Creen que la enfermedad común muy fácilmente se cura, pero cuando medicado no se consigue alivio, en vez de dar preocupación debe de dar tranquilidad porque podría ser el retorno.
- No hay que quedarse triste por causa de la muerte, porque ella no es ninguna cosa mala, sino que al contrario es una cosa buena, es una liberación de todo lo que es trabajo, cansancio, privaciones y padecimientos de este mundo.
La transitoriedad de los bienes terrenales. Los bienes sólo sirven en su hoy, en su ya, en su presente; su futuro es incierto y muchas veces inútil- nada sirve después de la muerte- entonces para qué juntar cosas que las puedo abandonar mañana".
Aparte del pajé que se puede neutralizar mediante fórmulas, oraciones o acciones especiales, existe toda una presencia importante del tesapyso; es una persona que tiene acceso a una misión especial dentro de la comunidad; es un chamán que cura enfermedades, restablece desarmonías, orienta para el futuro, es un vidente y, en general, es el velador de la cohesión social.
En la actualidad los chamanes tienen dificultades para ejercer su oficio por el rápido cambio cultural del ambiente que los rodea, por las interacciones culturales. Además, la introducción de nuevas enfermedades desconocidas a los Paî restan importancia a su sistema curativo.

ORGANIZACIÓN SOCIAL
El Ava Reko es un conjunto de conocimientos y prácticas que están en la base de la vida Paî y que se expresan en varios aspectos:
Teko Katu, Teko Porã, Teko Joja, Teko Upyty, Teko Johayhu, Teko Piro’y y el Teko Marane’y.
Poseen una ética muy respetuosa de la persona humana, con sanciones para quien transgreda las normas sociales de la comunidad. Los castigos y las leyes están agrupados en un cuerpo social-jurídico que constituye la base del así llamado derecho consuetudinario. Los juicios se emiten generalmente en el aty guasu (asamblea general). Consideran que la vida es el bien supremo y que por lo tanto es gravísimo matar a alguien. Tradicionalmente al homicidio voluntario se le castigaba con la pena capital y a ambos (víctima y victimario) se los enterraba juntos, uno al lado del otro.
La expansión del capitalismo brasileño y multinacional, el avance de las fronteras económicas de la sociedad nacional, el desarrollo de la extracción forestal, el trabajo agrícola y ganadero, así como la promulgación de leyes de fomento de las inversiones extranjeras, redujeron a su mínima expresión el modo de producción indígena. Se deforestaron miles de hectáreas para la venta de madera en rollos al Brasil, praderizando la zona para ganadería o plantando extensas superficies de soja para la exportación y también el contrabando al mismo país.

ASPECTO ECONÓMICO
Las consecuencias de esta nueva orientación económica fueron desastrosas para las comunidades indígenas, estrechamente vinculadas culturalmente a la tierra y a sus ciclos vitales. Ante las dramáticas perspectivas de la agricultura mecanizada y la extracción indiscriminada de rollos de madera con intentos de corrupción de algunos líderes indígenas, antropólogos e indigenistas fundaron en 1972 el Proyecto Paî Tavyterâ, que tiene el mérito de haber asegurado legalmente importantes superficies de territorio indígena, evitando así una posible e inminente dispersión y quizás extinción de la etnia.
Mediante los proyectos realizados, además de la recuperación legal de las tierras, entre ellas el célebre cerro Jasuka Venda de altísimo significado religioso para los Paî Tavyterâ, se incentivaron los cultivos tradicionales y los mismos indígenas se capacitaron para la cría de animales vacunos para el autoconsumo.
Prácticamente todas las comunidades tienen ahora una economía mixta, o sea tienen cultivos tradicionales, crían animales y además hacen trabajos de changa asalariados. El punto de referencia es siempre la comunidad, ya que no se alejan por mucho tiempo, como máximo se van por unas semanas para trabajos de limpieza de monte, de hacheros, de cuidadores de estancias, etc. También las mujeres que viven cerca de pueblos paraguayos realizan trabajos de lavado de ropa, de venta de hierbas medicinales o de productos de la chacra en forma casera y en los pequeños mercados locales.
Tradicionalmente los Paî Tavyterâ eran cazadores, recolectores, pescadores y agricultores. Los cultivos tradicionales eran el maíz, la banana, el poroto, las frutas; luego venían otros cultivos como la mandioca y la batata. Los niños hasta los 10-12 años se alimentaban casi exclusivamente de leche, maíz y banana.

ACTITUD ANTE LA MUERTE
La muerte no es un acontecimiento trágico; es un fenómeno normal de la vida; es una liberación del cuerpo. La persona empieza así su peregrinar hasta el amba, el cielo, la morada verdadera. Durante el velorio, en que el cadáver es puesto en forma simple sobre una tabla, los parientes y vecinos conversan amenamente, hacen chistes y hablan con el difunto. Creen que el espíritu está presente y escucha lo que se le dice.
Las conversaciones con el difunto toman aristas familiares y cotidianas, por ejemplo, es frecuente oír este tipo de discursos: "Tú me estás escuchando, tú va no tienes necesidades físicas ni preocupaciones; no te olvides de que aquí quedan tus familiares, ellos necesitan tu protección y tu ayuda. Haz que no pasen necesidades. Te pedimos que no te manifiestes, que no nos asustes".
Las conversaciones son largas, repetitivas y tocan muchos aspectos de la vida personal, familiar y comunitaria. El cuerpo es enterrado a unos siete palmos bajo tierra con los objetos y pertenencias más apreciados por el difunto. La choza donde vivía el muerto se deshace y se reconstruye un poco más lejos, a veces se quema, pero si es una casa en buenas condiciones o de material, se clausura la puerta y se abre otra.
Existe una fiesta llamada Avati Kyry, la fiesta anual para el agradecimiento a los dioses por el clima, las cosechas, la paz, etc. Dura prácticamente un mes, y sigue un ritual muy estricto en el cual se toma también la bebida ritual hecha con el maíz. La fiesta del Mita Pepy o Kunumi Pepy es una compleja ceremonia de larga duración para la iniciación de los varones a la vida Paî; implica una secuencia muy estricta y exigente de actividades que habilitan al joven en las pautas profundas de la vida Paî.

RITO DE INICIACIÓN
El rito de iniciación de los varones asume una importancia extraordinaria entre los Paî Tavyterâ. El grupo de los jóvenes debe apartarse de la comunidad por un mes y seguir estrictas normas culturales y formativas por parte de los ancianos y chamanes.
El apyka es lugar de asiento del ser recién concebido en el seno de su madre; es la barca donde navega Ñanderuvusu, es sitio de descanso del chamán, es el regalo que recibe de manos de su padre -quien lo tallará especialmente para la ocasión- el joven novicio durante la ceremonia del mitápepy. Como objeto funcional y artístico ocupa un lugar destacado en la cultura guaraní, particularmente entre los Paî Tavyterâ. Tallado en madera, su funcionalidad de banco, lugar de asiento y descanso, es apenas disimulada por la forma generalmente zoomorfa, cubierta de entalladuras y pirograbada con diseños que recuerdan las escamas del reptil, las plumas de un ave o las manchas del jaguar (Pantera onca).

CULTURA MATERIAL
El arte plumario de los Paî Tavyterâ se manifiesta especial-mente en el jeguaka, adorno que visten hombres y mujeres durante las ceremonias rituales. Se trata de una gran diadema de plumas de tucán, de vivos colores, que remata por la espalda en largos cordones de algodón trenzado, donde se insertan plumas más pequeñas de la misma ave. Con esta corona de plumas rememoran los Paî el origen primigenio de todas las cosas, cuando Ñane Ramoi creara, a partir de su adorno brillante y resplandeciente, a todos los seres que pueblan el universo.
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Fuente: LOS PUEBLOS INDÍGENAS DEL PARAGUAY . Autor: JOSÉ ZANARDINI - COLECCIÓN LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 1 © Editorial El Lector. Director Editorial: Pablo León Burián - Coordinador Editorial: Bernardino Neri Farina - Director de la Colección: Herib Caballero Campos - Diseño de portada: Celeste Prieto - Diseño Gráfico: César Peralta G. - Corrección: Nidia Campos - Foto de portada: Indígenas chaqueños, - Museo de Historia Militar de Asunción. Asunción - Paraguay 2010.
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