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viernes, 27 de noviembre de 2009

SINFORIANO BUZÓ GÓMEZ - "ÍNDICE DE LA POESÍA PARAGUAYA" / PRIMER PERIODO(1860-1910), SEGUNDO PERÍODO (1911-1932), TERCER PERÍODO LOS NUEVOS

"ÍNDICE DE LA POESÍA PARAGUAYA"
Editorial Indoamericana
Segunda edición
Asunción-Buenos Aires
1952 -335 páginas
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DOS PALABRAS
** Quizás en pocas ocasiones sea tan apropiada, como en ésta, la repetición del estribillo con que, a veces, los prologuistas o los autores justifican la aparición de un libro: "viene a llenar un vatio". Ignorado casi en absoluto en el exterior el movimiento poético paraguayo, la publicación de esta compilación obedece al propósito de darlo a conocer en forma integral, desde sus orígenes hasta sus más jóvenes cultores. Tan poco conocido en el extranjero, que en ninguna antología de poetas de América estaba representado el Paraguay antes de la aparición del "Florilegio Americano" de Michael de Vitis (Barcelona, 1928) y la "Antología Poética Americana" de Ernesto Morales (Buenos Aires, 1941), las primeras en salvar tan injustificada omisión. Sin duda que nuestra poesía no presenta, la riqueza y el desarrollo de la de otros países del continente, pero merece ser conocida y estudiada como toda expresión de la actividad cultural de un pueblo, además de los valores que ostenta y que pueden figurar dignamente en el parnaso americano.
** Al método de clasificar los autores por escuelas, géneros o tendencias, hemos preferido la exposición cronológica, como es corriente en las muestras poéticas modernas. Dividimos la obra de acuerdo con los períodos que pueden considerarse en nuestra poesía y con las etapas de tiempo, que abarcan aquéllos, determinadas, generalmente, por ciertos caracteres predominantes en la producción de los poetas.
** Hacemos figurar en primer término, como antecedentes de la poesía nacional, los romances, coplas y otras composiciones de la conquista y la colonia y algunas de los primeros tiempos de la independencia. Por primera vez en un muestrario de la poesía paraguaya (1), se incluyen poemas escritos en guaraní, idioma que emplea buen número de' nuestros poetas. También por primera vez, en obras de esta índole, está representada la mujer paraguaya.
** Finalmente, debemos advertir que hemos sido indulgentes con nombres que en una prolija, selección de valores no se hubieran incluido. De esta manera hemos dejado a cargo del lector cierto margen de labor selectiva, siguiendo una plausible tendencia que puede señalarse en libros similares recientes. Esto no quiere decir que hayamos renunciado en nuestro trabajo a todo criterio de valoración estética, sino que predomina en nosotros el deseo de ofrecer un cuadro completo y objetivo de la producción poética paraguaya. - S. B. G.
(1) Hasta hoy se han publicado tan sólo las siguientes compilaciones: POESÍAS PARAGUAYAS por Ignacio A. Pane (1904) - ANTOLOGÍA PARAGUAYA por José Rodríguez Alcalá (1910) - PARNASO PARAGUAYO por Manuel Fleytas Domínguez (1911) y PARNASO PARAGUAYO por Michael A. de Vitis (1924)

PRIMER PERIODO(1860-1910)
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** En rigor, la poesía paraguaya se inicia con Natalicio Talavera, que comienza a escribir en los últimos años del gobierno de don Carlos Antonio López, y llega a ser el bardo nacional por excelencia en los días de la guerra de la Triple Alianza, cuando sus versos se recitaban en los campamentos o nuestros padres marchaban al combate entonando las marciales estrofas de su "Himno Patrio". Talavera perteneció a la generación que asomó a la vida pública más o menos por 1860, en momentos en que el Paraguay afirmaba su poderío e iniciaba una era de esplendor. Cultores del verso contemporáneos de Talavera fueron el deán Bogado, el Dr. Tristán Roca (oriundo de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia) y Juan Crisóstomo Centurión, y una pléyade de modestos trovadores que componían toscas rimas principalmente en guaraní, y de cuyos nombres no queda memoria casi. La labor anónima de aquellos trovadores -coplas, décimas, cielitos, glosas, compuestos...- en gran parte de un valor circunstancial pero de rico sabor como toda creación popular, constituye el romancero de la guerra grande, que alguna vez ha de compilarse.
** Entre 1871 y 1890, es decir, en el curso de las dos décadas siguientes a la terminación de la guerra que dejó en ruinas la otrora floreciente república, surgen los primeros poetas del segundo período constitucional, que salvo excepción- frecuentan el campo de la-musas por corto tiempo. Cantan a la patria, lloran sus desgracias, el timbre de sus versos lleva el acento de melancolía y de dolor de la generación nacida entre los escombros de la tragedia. Enrique D. Parodi, Venancio V. López, Adriano Matheu Aguiar, Manuel María Viera, pertenecen a esta época. De éstos, Parodi y Aguiar, que residieron desde muy jóvenes en el exterior, cultivaron otros géneros poéticos, además de la poesía patriótica, y fueron amenos prosistas. Por entonces, se vinculan a la vida paraguaya varios vates extranjeros cuya producción forma parte de nuestra literatura: Victorino Abente, que amó a nuestra tierra con amor de hijo, y que cantó las bellezas de nuestro suelo y las glorias de nuestra historia; Próspero Pereira Gamba, autor de poemas inspirados en episodios de la trágica muerte del presidente Gill; y Cristóbal Campos, naturalista español que publicó una composición poética jocosa sobre algunos personajes públicos.
** Después de 1890 y hasta 1910 -tercera época de este periodo- desfilan, en orden cronológico, Delfín Chamorro, José Cándido Diana, Fulgencio R. Moreno, Liberato Rojas, Juan Francisco Pérez Acosta, Alejandro Guanes, Juan Pablo Casabianca, Ignacio A. Pane, Juan E. O'Leary, Francisco L. Bareiro, Ricardo Marrero Marengo, Daniel Giménez Espinosa, Héctor L. Barrios, M. Pérez Martínez, Ángel I. González, Gomes Freire Esteves, Toranzos Bardell, Arturo D. Lavigne (autor del poema "Loca", 1902, y del libro de versos "Trinos Matinales", 1904), Juan R. Dahlquist, Luis y Víctor Abente Haedo (enmudecidos, después de los primeros balbuceos), Cecilio Báez, Manuel Gamarra, Hérib Campos Cervera, Eladio Velázquez (también pronto arrincono la lira), Roberto A. Velázquez (publicó poemas simbolistas bajo el seudónimo de Daniel Aubert), Juan B. Tournedou (sacerdote francés que cantó a los niños mártires de Rubio-Ñu), Honorio Alfonso Díaz (poeta en guaraní que, escribió canciones jocosas, como "Nde jha cho"), Félix Cabrera (coronel del ejército nacional como el anterior, autor de composiciones en guaraní).** Entre todos ellos se destacan: Chamorro, Guanes, Pane y O'Leary. Pérez Martínez es el precursor de la poesía lírica en lengua guaraní; su "Rojhechagaú" -el más delicado madrigal de la poética aborigen-queda como una joya en su género. Pane, que escribió en sus últimos años en guaraní, es el primer sonetista en el idioma gentilicio; él y Pérez Martínez son los más castizos de nuestros vates guaranios. Poetas románticos los de esta época -excepción de Chamorro (clásico), de Bareiro (modernista) y de algunos otros en cuca producción ya hay manifestaciones de las nuevas corrientes literarias- se inspiran en la libertad, el amor, la patria y sus glorias. Los versos de estos portaliras -pocos reunieron su cosecha en el libro- se hallan diseminados en la prensa diaria; en "LA ILUSTRACIÓN PARAGUAYA" (1891-94), que dirigió Hermógenes Romero; en la "REVISTA DEL INSTITUTO PARAGUAYO" (1896-1907), la publicación histórico literaria más importante aparecida hasta hoy en el país; en "LA PLUMA JOVEN" (1900) ; en "ALÓN" (primera época: 1903-1904); en "TRIBUNA" (1905).*
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SEGUNDO PERÍODO (1911-1932)
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** Inicia este período Eloy Fariña Núñez, guaraní de alma helénica, recia personalidad intelectual cuya aparición en el campo de las letras patrias significó todo un acontecimiento. En tanto, la poesía guaraní se afirma y gana carta de ciudadanía con Narciso R. Colmán (Rosicrán), el más laborioso de los bardos guaranios, verdadero patriarca de nuestra literatura aborigen, que se da a conocer como poeta Guardo ya ha traspuesto los lindes de la juventud. Tras Colmán, surge una falange de versistas en lengua autóctona.
** La mayoría de los iniciados por los años de 1911 a 1918 -siempre dentro de la primera época de este período-, se agrupa en compañía de distinguidos prosistas, como Leopoldo Centurión y Roque Capece Faraone, y de aquel caricaturista de talento que fue Acevedo, para fundar la revista "Crónica", que es expresión de un momento interesante de la vida literaria nacional. Y mientras en la capital radica ya el mencionado grupo -en el que oficia de máximo pontífice de la lírica Guillermo Molinas Rolón, el simbolista de caudalosa inspiración, que es precursor, en algunos aspectos, de la poesía nativista-, en la ciudad guaireña suenan y aprisionan quimeras Manuel Ortiz Guerrero -una de las potencias de nuestro parnaso cuya voz pareciera modular todas las notas de la gama de armonías de su nativa selva-, Leopoldo Ramos Jiménez, Facundo Recalde, J. Natalicio González, Francisco y Luis Ruffinelli, Carlos Regis Caroni, Aníbal Codas, Eduardo Alarcón, compitiendo por esos años, Asunción y Villarrica en el culto de la poesía. Y en este torneo de la gaya ciencia, termina imponiéndose Asunción, por mandato de lo social y de lo económico, concentrando en su seno a casi todos los participantes. "Letras" y "Fígaro", publicaciones que siguieron a la ya citada "Crónica" y, más tarde, la "Revista del Gimnasio Paraguayo", "Pórtico" y algunas estudiantiles, recogieron también la prosa o el verso de los escritores jóvenes. Los poetas de este lapso se caracterizan, en general, por sus ideales puramente estéticos. Producen bajo la influencia de Rubén Darío, Herrera y Reissig, Nájera o los maestros de la moderna lírica francesa. Escapan a esta caracterización, Fariña Núñez, poeta de cultura clásica que sabe administrar los aportes del modernismo y que, aunque se inspira en diversas fuentes, conserva su originalidad nutriéndose con la savia de lo genuinamente nacional, y Ramos Jiménez, cuando menos en sus primeros tiempos, en que disuena con sus contemporáneos al hacerse intérprete de las ansias de justicia de las clases oprimidas. Con el correr de los años, libres de influencias, algunos hay que terminan por identificarse con las cosas y anhelos de su medio y de su pueblo. El tema de su inspiración lo hallan en motivos locales, o que aun siendo diferentes los abordan infundiendo a su producción el sabor del terruño.
** Después hace su irrupción otro grupo -segunda época de este período- allá por 1921 ó 1922. La revista "Juventud", su tribuna, fué dirigida, primero, por dos de los integrantes de aquél, prematuramente desaparecidos, Heriberto Fernández y Raúl Battilana De Gásperi, luego por José Concepción Ortiz y Juan Sorazábal (Chuchín), artistas ambos -del verso el uno, del lápiz el otro-, y finalmente por Manuel Barrios Battilana y Adolfo Irala Ferreira, pero sostenida económicamente siempre por un Mecenas cuyo nombre -Gaspar Trinidad- es de justicia mencionar aquí, y que tuvo el mismo eficaz papel que en "Crónica" cumpliera Arturo Campos. Simultáneamente a la publicación de "Juventud" fue la aparición de "Alas", revista literaria de la misma importancia que aquélla, pero de corta vida. Los poetas de este lapso no se diferencian fundamentalmente de los del anterior. Como la mayoría de aquéllos carecen de ideales sociales y políticos, a pesar de vivir en tiempos de profundas convulsiones colectivas, no encuentran motivos de inspiración en la realidad social de la patria y pocos los hallan en la ubérrima naturaleza campesina. Los que siguen, comienzan a escribir entre 1924 y 1928 y se dan o conocer desde fugaces hojas estudiantiles. Por lo general, estos poetas están contagiados por las inquietudes populares, no son extraños a las ideas e ideales de su tiempo y se identifican con los anhelos de renovación que ya comienzan a agitar a las multitudes paraguayas. Así, muchas veces su poesía es civil o social. Claro, esto no es obstáculo para que canten a la mujer amada trovas semirrománticas en versos musicales o produzcan poemas de hondo subjetivismo.
** Un rasgo interesante de este período lo constituye el conjunto de poetisas que aportan una nota de espiritualidad y delicadeza a nuestra lírica. Son las continuadoras de la labor de doña Ercilia López de Blomberg, la primera mujer que en el Paraguay compuso o tradujo versos, y de las que años después prosiguieron a aquélla y que quedaron a medio andar en el camino.
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TERCER PERÍODO LOS NUEVOS
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** Con posterioridad al año del comienzo de la guerra con Bolivia (1932), se inaugura otro período en la poética nacional, que se distingue por la incorporación a nuestro medio de los movimientos llamados de vanguardia de la lírica contemporánea. En comparación con otros países, ellos llegan con retraso al Paraguay, cuando ya declinan allí donde tuvieron nacimiento. Es que faltaban las condiciones sociales y políticas adecuadas. Sólo los acontecimientos que han venido trabajando a la sociedad paraguaya, desde antes de 1932, y la contienda chaqueña, han creado el clima propicio a la sensibilidad que tiene su expresión en la nueva poesía.
** Es el iniciador de la renovación Hérib Campos Cervera, quien coloca -al decir de Walter Weys- la literatura paraguaya en el ritmo universal. A él puede aplicársele la gráfica frase de Rachilde: "él abrió las ventanas", con que la escritora francesa refirióse a Verlaine en el movimiento de innovación de la poesía de su tiempo. Por tanto, por el nombre del autor de "Ceniza redimida" ha de comenzarse el estudio de nuestra poética en su tercer período. También ha de citarse el de Josefina Plá, la mayor poetisa aparecida hasta hoy en el parnaso paraguayo, aparte de su labor de creación, por sus trabajos de interpretación y divulgación de los nuevos cánones literarios.
** Nueva técnica del verso (aunque -salvo excepción- sin aceptar completamente las innovaciones), nuevos y más variados motivos, mayor profundidad y lirismo, cultivo del poema de sugestión, influencia de lo popular, acentuada importancia de lo social (predominante ya en la última época del período anterior) y atenuación de lo descriptivo, señalan los matices de la cosecha de nuestros poetas en esta época. Hay, sin duda, los que siguen, o vuelven, a la técnica tradicional y, respondiendo a su tempejamento, cantan a la manera romántica o producen poemas modernistas o con reminiscencias clásicas.
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