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viernes, 13 de noviembre de 2009

MARIO RUBÉN ÁLVAREZ - LAS VOCES DE LA MEMORIA. HISTORIAS DE CANCIONES POPULARES PARAGUAYAS - TOMO VIII

LAS VOCES DE LA MEMORIA
HISTORIAS DE CANCIONES
POPULARES PARAGUAYAS
TOMO VIII

Autor y ©: MARIO RUBÉN ÁLVAREZ
Edición del autor y Julián Navarro Vera
Dibujo de tapa: ENZO PERTILE
Armado y diseño: Isaac Duré Giménez
Editora Litocolor S.R.L.
Asunción-Paraguay 2008



PRÓLOGO
EMILIANO, UNA PASIÓN POR EL CAMINO

** Una de las vidas más apasionantes de la poesía popular paraguaya es la de EMILIANO R. FERNÁNDEZ. La letra mayúscula puntuada entre su nombre y el apellido paterno para rendirle un homenaje a su madre Bernarda Rivarola-constituye un rasgo de originalidad y, al mismo tiempo, de atrevimiento. Ese gesto retrata buena parte de lo que fue la existencia de uno de los poetas más significativos de la historia de la literatura de nuestro país.
** En el mundo de la oralidad donde no quedan rastros escritos del itinerario de una persona-, resulta difícil establecer una cronología precisa de los pasos del que eligió el destino de ser andariego. Por encima de cualquier rasgo peculiar que le pudiera caracterizar con trazos bien definidos, era un hombre libre, sin ataduras. Su pasión más verdadera fue el camino.
** Esa voluntad de recorrer la geografía de su patria era inherente a su condición de creador. Atado a un lugar, su inspiración se hubiera asfixiado. No tenía, por lo tanto, otra salida más que responder a ese instinto de no detenerse nunca. Ni siquiera el acecho de la muerte -en la guerra contra Bolivia y luego de recibir una herida de bala que, finalmente produjo su deceso el 15 de setiembre de 1949 en Asunción-, lo retuvo. Era fatalista “el destino irremediable oñecumpli cherehe- dice en ADIÓS CHE PARAJEKUE, pero aun así no rehuía de lo que sus andanzas podrían depararle. Coraje era lo que le sobraba.
** Sus musas eran viajeras como él. Lo aguardaban en los quebrachales de la taninera Carlos Casado, en los cañadones chaqueños donde la metralla buscaba víctimas para saciar su sed de sangre, en las bifurcaciones de las carreteras, en las casas de los amigos que le abrían sus puertas, en los aromas que le iba dictando la naturaleza al verlo transitar, en los ojos de las mujeres de su trayecto y en la memoria colectiva de la que era portador.
** Un Emiliano sentado en una oficina, inmerso en la rutina diaria de un hogar con una sola mujer e hijos a los que acompañara a la escuela, puntual, disciplinado y sosegado es inimaginable. De haber estado ceñido al código de lo que la sociedad ve como normal, sin transgresiones, la literatura nacional no hubiera contado con una voz que expresara a un pueblo de un modo tan vigorosamente testimonial y encendido.
** Venido al "valle de lágrimas" el 8 de agosto de 1894, continúa la polémica sobre su lugar de nacimiento. Yvy Sunú (Guarambaré) y, en los últimos años, Concepción disputan ese eslabón inicial de su historia personal. A falta de un documento categórico, con argumentos que se inclinan a uno y otro lado, el peso de la balanza parece inclinarse hacia los más cercanos a la capital.
** La intención de este libro no es contar la vida de Emiliano. Ya otros lo han hecho dentro de las limitaciones que supone partir de testimonios no siempre verificables. La intención de este volumen de "LAS VOCES DE LA MEMORIA" es relatar las historias de algunas de las letras -casi todas musicalizadas- incluidas en sus páginas. Hay que reconocer que la tarea no ha sido fácil sobre todo porque se tropieza con las mismas barreras que encuentra quien pretende hacer una biografía de R. Fernández. En la oralidad es imposible constatar la certeza de lo que los informantes mencionan. Por eso, son versiones que pueden tener aún otras expresiones.
** Como se sabe, cada uno de los textos apareció antes en el Correo Semanal del diario Última Hora. Independientes unos de otros, hacía falta -en muchos casos- incluir antecedentes que ya habían sido consignados en otras publicaciones de la serie en el periódico. Al darle un cuerpo unitario ahora, puede que algunos datos o consideraciones estén repetidos. Ya se sabe, entonces, por qué.
** El autor es consciente de que aún hace falta investigar mucho para esclarecer algunos aspectos de la vasta obra del mayor poeta popular del Paraguay. Lo que aquí se ofrece es apenas una gota en un río ancho y caudaloso que todavía necesita una minuciosa exploración. La publicación pretende abrir una puerta por donde otros puedan entrar a buscar un tesoro que aún tiene filones insospechados.
** Emiliano es un patrimonio cultural. Su poesía sigue vigente porque expresa sentimientos universales. En lo fundamental, lo que nombra sus versos sigue retratando el alma de los paraguayos. Ya no hay guerras contra la Triple Alianza o Bolivia que pelear en el presente, pero es indudable que hay otras trincheras que la soberanía humillada necesita ocupar portando las armas propias de la paz. En el amor, el calvario de la ausencia permanece como una montaña sobre el corazón. La era de Internet no elimina la herida que abre un desengaño. En fin, su verbo está de pie, encendido por lo que todavía nos quema, interroga y desafía.
MARIO RUBÉN ÁLVAREZ - Casi primavera, 2008
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ASUNCIÓN DEL PARAGUAY
UNA AÑORANZA INCONTENIBLE

** SANTIAGO CORTESI -nacido en Isla Sakâ, Yegros, departamento de Caazapá el 7 de junio de 1913 y fallecido el 4 de junio de 1992 en Asunción-, es uno de los grandes arpistas paraguayos. Primo de los Larramendia -Agustín, Rubito; Generoso, Chirole; Luciano, Chulo-, su vida estuvo íntimamente ligada a esa fraterna y solidaria relación familiar.
** «De niños, vivíamos todos juntos en un korapy guasu. No había alambrada ni nada que nos distanciara. Eran dos familias Cortesi y la nuestra. Mi mamá era también Cortesi. Los primos crecimos juntos, más apegados a los de nuestra propia edad. Jugábamos y trabajábamos. Y también aprendíamos música. Creo que esa inclinación nos vino de la ascendencia italiana de la rama de mi madre», explica GENEROSO LARRAMENDIA, lúcida memoria de su entorno familiar y de un segmento relevante de la música paraguaya en la Argentina.
** Rubito muy pronto supo que su vocación era la música. A los 16 años ya tenía un conjunto del que formaban parte sus hermanos más grandes y Santiago -que había aprendido a pulsar las cuerdas del arpa con un maestro que había venido de otro lugar- así como su hermano Guillermo, al que apodaban Pilé.
** Cuando sonaron los tambores de la Guerra del Chaco, en 1932, Agustín y Santiago bajaron hasta Kangó -hoy General Artigas, en el departamento de Itapúa- para alistarse en el Ejército. Fueron remitidos al Acantonamiento Militar N° 1 que estaba en el barrio Sajonia, Asunción. Su calidad de músicos pronto los distinguió entre los futuros combatientes. Fueron seleccionados para integrar el elenco artístico dirigido por ROQUE CENTURIÓN MIRANDA, hombre de teatro respetado y admirado en la época.
** Después de algunas actuaciones benéficas para la Cruz Roja, remontaron el río Paraguay, bajaron en Puerto Casado y se internaron en la espesura chaqueña.
** Sus instrumentos -Rubito, guitarra y Santiago, arpa- fueron sus armas. Libraban acaso las batallas más difíciles y permanentes de la contienda bélica: mantener alta la moral de los soldados, incrementar su patriotismo y conservar viva la llama del coraje. Formaban parte de la orquesta del COMANCHACO dirigida por HERMINIO GIMÉNEZ.
** Cuando las metrallas callaron, los primos volvieron a Asunción. Agustín cumplió la promesa que le había hecho a JULIÁN REJALA -también músico e integrante de la agrupación musical del frente- tomando parte de su conjunto. Santiago volvió a su tierra, sin dejar nunca las cuerdas de su arpa.
** En la segunda mitad de 1930, con sus hermanos Generoso y Luciano, así como con los guitarristas FIDELINO CASTRO CHAMORRO y TEÓFILO NOGUERA -ex integrantes también del conjunto del Chaco-, Agustín emprendió el vuelo hacia sus sueños: llegar a Buenos Aires, actuar, grabar y, en fin, hacerse famoso.
** En 1940 Santiago -convocado por sus primos- viajó por primera vez a Buenos Aires. Volvió poco después. Como Generoso y Luciano vinieron al Paraguay a hacer su servicio militar en la Marina, cuando salían de franco, iban a la casa de Santiago.
** «Él se mudó de donde vivía al barrio Pinozâ. Construyó su casa allí. En ese tiempo compuso la música de ASUNCIÓN DEL PARAGUAY. Fue en el año 1942. EMILIANO R. FERNÁNDEZ le andaba buscando. Le habían dado su dirección antigua y, finalmente, lo encontró. “Atapia jave la che róga ou la Emiliano che rendápe. Hoooopaaaa, ndaikatu mo’âi rejapo la arúva ndéve (cuando estaba haciendo la pared de mi casa, Emiliano vino junto a mí. No vas a poder hacer lo que te estoy trayendo”), contaba Santiago que le dijo el poeta. “Aru ndéve peteî verso, pero tuju meme la nde po (te traigo un verso, pero tu mano está llena de barro)”, le dijo Emiliano. Era una casa de tipo campesino, para no pagar alquiler», relate don Generoso.
** «Pronto le hizo la música. Los DEMETRIO -AGUILAR Y ORTIZ-, que eran parte de su conjunto entonces, la estrenaron», termina de contar Chirole Larramendia.
** La letra tuvo otro itinerario. Otros itinerarios tal vez, en el tiempo y en el espacio.
** Cuando EMILIANO R. FERNÁNDEZ quería partir del lugar donde estaba, no había razones que lo pudieran atajar. Ni siquiera el amor, que parece ser el argumento más convincente para frenar a cualquier ser humano. El camino -ya fuese de polvo o de agua- ejercía sobre él una fascinación a la que no se resistía.
** El poeta trabajaba en los obrajes de Carlos Casado en el Chaco. Y una noche cualquiera, como un jaguarete voraz del monte con olor a quebracho, la nostalgia se abalanza sobre él. En ese techaga'u superlativo hay que buscar el origen de los versos de ASUNCIÓN DEL PARAGUAY.
** «Un día Emiliano resuelve bajar a la capital. Y se viene con su hijo GUAHO POTY y su poema ASUNCIÓN DEL PARAGUAY, que era algo así como la llave para la conquista de Asunción», contaba el poeta DARÍO GÓMEZ SERRATO en un texto escrito para la publicación «EMILIANO REKOVE» que dirigía MARINO BARRIENTOS (1).
** A pesar de que Darío afirma que ya trae desde el norte la poesía, su contenido permite sostener que lo escribió ya después de llegar a destino. O al menos cuando estaba muy cerca de él y sentía fragancias que le eran familiares desde antaño. La Asunción a la que canta es muy inmediata a él, no lejana.
** «Lo aguardamos con FÉLIX F. TRUJILLO, HÉRIB CUENCA RIVEROS, JOSÉ V ROGNONI y otros amigos», relataba Gómez Serrato. La espera fue infinita, «desde las primeras horas hasta el amanecer». Lo que ocurrió -según él mismo cuenta- es que Emiliano ya quedó “varado” por las playas del barrio Varadero». Unos amigos lo bajaron del barco allí. Fiel a su tradición, olvidó que lo estaban esperando.
** El investigador de los pasos del escritor, EUGENIO HERMOSA SELLITI ubica la creación de ASUNCIÓN DEL PARAGUAY antes de la primera movilización, tras la muerte del teniente Adolfo Rojas Silva en el Chaco en manos de tropas bolivianas. ELPIDIO ALCARAZ SEGOVIA, también profundo conocedor del itinerario vital de Emiliano, cree que tuvo que haber escrito por esa época.
** El igualmente versado rastreador de sus huellas ÁNGEL ANTONIO GINI JARA recuerda que entrevistó al autor de la Música, el arpista y compositor SANTIAGO CORTESI. «El me dijo que Emiliano le entregó la letra ya después de la Guerra del Chaco, en 1936», asevera y luego precisa que Emiliano fechó su creación en agosto de 1928, de acuerdo a KA’A JARÝI, una publicación que recogía las obras del vate de múltiple voz. «El primero en grabarlo fue el conjunto de Santiago Cortesi en Buenos Aires con las voces del dúo ALONSO (RAÚL)-CHULO (LUCIANO) LARRAMENDIA», añade Gini Jara.
(1) Barrientos, Marino. Emiliano R. Fernández, a 100 años de su natalicio y 45 de su muerte. Asunción, 1994.
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ASUNCIÓN DEL PARAGUAY
Ndaikuaái ojehúva chéve, che ko’ênte sapy'a
che ygue ygue rei, imposible ndavy'ái
ama’ê y Paraguaýre, che resa anga ko ikâ
ajuségui rohecha Asunción del Paraguay.
.
Ymaitéma ku guyráicha aikove iñapytîmby
iñañáva tekove che pepo anga oikytî
noguahêiva cherendápe peteî ára tory
che pejuva'erâ po'ápe che reru rohechami.
.
Âgâ péina Ñandejára «iporâmante» he'i
ha peteî guyrami che rendápema ojokuái
che rupívo ipepo ári chereru rohechami
amano mboyve jaíre, Asunción del Paraguay.
.
Nendivéma che ko’êvo, che pytu arumi jevy
chepeju yvytu ambue noguâhêivami amoite
omymýi che korasô, oikovéma che ruguy
oje'omive chugui tukumbo rapykuere.
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Aheja che rembiayhu jepevérô ambyasy
añandúva che jopy tekoasy chemonguerái
aheja avei che symíme tapere ha pore’ỹ
ajuségui rohechávo, Asunción del Paraguay.
.
Che rasy techaga’úgui iñypytû che rekove
ha amoite javorái guýpe nahi’âi chéve amano
ha aru che korasôme ojehýiva ku pere
ha kyvômante ikatúne yvotýpe aipohano.
.
Rehendúva apurahéirô, rehendúva che ñe’ê
rehundúva che pyambúrô, che rova nderehechái
kóina upévare aru mbykymi ajapova’ekue
purahéi ndéve guarâ Asunción del Paraguay.
.
Ahetûma ku jazmín ahetûma reseda
ahetûma ku cedrón che py’a rupi rupi
hyakuâvu Paraguaý ku yvága ja'eha
iporâ ndaijojahái Juan de Ayolas tapyîmi.
.
Tomimbi mbyja ko’ê, tahyapu laurel rakâ
toveve pindo rogue, leonmi tosapukái
ñande sy topukavy, tomboveve iñakâhoja
imembýpe tohovasa, Asunción del Paraguay.
Letra: Emiliano R. Fernández
Música: Santiago Cortesi
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LA PÁGINA ROTA
DESDE LA AUSENCIA
** Los amores de EMILIANO R. FERNÁNDEZ fueron intensos y numerosos. Sus versos estaban encendidos de pasión. Cantaba sobre todo a lo que fue y quedó para siempre hacia atrás aunque, a ratos, desandaba el camino, se reconciliaba con su amada y su verbo alimentaba de nuevo la ternura.
** MARÍA BELÉN LUGO, Belencita, sin duda fue el gran amor de su vida. Y, como tal, fue también el mayor dolor de su existencia. Las obras dedicadas a su esposa van desde el cariño más excelso al odio más exacerbado.
** Junto a otras -CATALINA GADEA, MARCIANA DE LA VEGA, DOMINGA LUGO, DOMINGA JARA Y MATILDE CAÑETE, entre tantas-, el nombre de FERNANDA (AGUILERA) aparece como destinataria de sus obras. Una de ellas es LA PÁGINA ROTA, escrita en 1928 y musicalizada por GABINO ESPÍNOLA- nacido él 19 de febrero, pero anotado con fecha 1º de marzo de 1930 en el barrio Pinozâ de Asunción, integrante del recordado dúo ESPÍNOLA-MARÍN- en 1960.
** «Entre 1926 y 1948 fue su musa inspiradora. De niño, papá me llevó a su casa. Vivía en Trinidad», cuenta Laureano Fernández, hijo de Emiliano, al hacer alusión a Fernanda Aguilera.
** «Era de Pirayú Yurú, que estaba hacia Itauguá Guazú, según me contó LUCAS MEZA, amigo y dúo de Emiliano. La mujer era, no sé de qué lado, pariente de ellos. En la época en que vivía por ahí le conoció porque ella iba y venía y se enamoró de ella», relata, en tanto, el músico y compositor NÉSTOR DAMIÁN GIRETT.
** «A ella le dedicó también EL DÍA DE MI ROSA en la Estancia Guahó, Alto Paraguay, en 1928. Horas de ausencia también la tiene como protagonista», afirma a su vez el investigador de la música paraguaya ELPIDIO ALCARAZ SEGOVIA.
** «A Emiliano lo conocí personalmente de niño. Pasaba por el patio de mi casa para ir a visitar a la familia de ÁNGEL RAMÓN OSORIO que tenía el conjunto OKÁRA POTY. Venía descalzo, con su chaqueta verde'o y su mbaraka perô, además de su náko y su sombrero», rememora Gabino Espínola.
** «Estaba muy enfermo un día, en 1960 en mi casa de Pinozâ. Tenía “fuego de San Antonio”. Mba'eve naiporâi chéve (nada me consolaba). Cuando estuve mejor, reponiéndome, tomé la guitarra y me salió una melodía. Lo primero que se me ocurrió fue ponerle como título Fuego de San Antonio», sigue narrando.
** En esos días cayó en sus manos la Revista «Reminiscencia» que traía letras de autores diversos. «Allí encontré LA PÁGINA ROTA. Probé con mi música y le calzaba perfectamente. Fui junto a Laureano Fernández, que trabajaba en el Ministerio de Hacienda entonces y él me dio la autorización. Lo grabé con el Conjunto Tricolor y el dúo Espínola-Marín entre 1961 y 62. Como para el disco cada composición debía durar solo 3 minutos; únicamente grabamos las primeras cinco estrofas y la última, completando seis de las 16», concluye Gabino Espínola.
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LA PÁGINA ROTA (*)
El sol arrebolado se hunde en el Poniente
y acecha sigiloso el triste anochecer
sus cárdenos reflejos desmayan lentamente
en ritmo con mi inmenso, profundo padecer.
.
Conmigo va la noche envuelto en su ancho velo
como un fantasma loco mi pobre corazón.
Las noctívagas aves del mal y del desvelo
sobre mi alma cruzan en larga procesión.
.
Llena un frío de ausencia mi lóbrego aposento
y a Dios solo confieso mi tétrico sufrir.
Y tú, lejos, amada, ignoras mi tormento
ignoras el martirio de mi intenso vivir.
.
Mi senda entenebrida está llena de espinas
agudas y punzantes espinas del dolor.
Los jilgueros huyeron de la selva vecina
ya no sueltan al viento su música de amor.
.
Las flores que en otoño brindó la primavera
hoy pálidas y mustias están en la orfandad
todas tiemblan y gimen en la angustiosa espera
aguardando que vuelvas mi voluble beldad.
.
Así también yo vivo herido con tu ausencia
distante de tu gracia, sin escuchar tu voz.
Las alas del destino arrastran sin clemencia
mi barca de esperanza que a ti fuera veloz.
.
Aquel dichoso nauta hoy náufrago y sin tino
zozobra entre las olas del mar de la aflicción.
Amada, tú lo sabes: perdido está el marino
porque apagó el destino su faro de ilusión.
.
Perdí ya tu cariño, perdí ya tus amores
lo que perder pudiera perdido todo está.
Mi estrella favorita me niega sus fulgores,
sus besos de esperanza ya no son para mí ya.
.
Errante en la intemperie, mas siempre decidido
iré buscando sombra mejor que la de ayer
soñando con tu cariño y en tu encanto florido
y en la rosada gloria de nuevo amanecer.
.
Desde el remoto instante de aquella vez primera
tu nombre es como un himno que idealizó mi amor.
Y florece en mis versos como una primavera
en la que eres reina, mi resedá en flor.
.
Comprendo que es humano sufrir las decepciones
comprendo lo voluble que fue tu corazón
comprendo tu inocencia, por esos estos renglones
Fernanda, amada mía, te llevan mi perdón.
.
Qué vivas tú contenta mientras malignos labios
diabólicos se empeñan en malograr mi bien.
Aquí yo estoy de pie para afrontar agravios
el odio, las traiciones y el sable del desdén.
.
Mañana si te vieras por rutas indecisas
llorando desengaños cargados de dolor ven
Fernanda a mis brazos que sobre las cenizas
perennemente tuyo encontrarás mi amor.
.
No importa que tu gracia florezca en mano ajena
no importa que se burlen de mi fe y mi ilusión
y aunque mi senda encuentre de lodo y zarzas llena
rencor no guardará mi pobre corazón.
.
Tal vez el egoísmo falaz y traicionero
que loco destruyera mi nido de placer
mañana se transforme y sea en mi sendero
como una flor que arome mi triste atardecer.
.
Adiós dulce Fernanda, soñada novia mía,
me voy con paso incierto buscando otro vergel.
Adiós aquellos ojos que fueron mi alegría
adiós aquellos besos que fueron todo miel.
Letra: Emiliano R. Fernández
Música: Gabino Espínola
(*) Versión completa
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ÍNDICE
· Adiós che parajekue/Salud che parajekue // Ahátare pendehegui // Al regresar // Asunción del Paraguay // Barcino koli // Beba, flor de Arroyos y Esteros // Belencita-pe guarâ // Che képe guare // Che la Reina // Che pochýma nendive/Ndachepochýi nendive // Celina Gaona // Concepción jerére // Guavira poty // Ko’ápe che avy’ave // La moda // La página rota // La última letra // Mariscal kurusúpe // Mboriahu memby // Mi novia ausente // Nde juru Mbyte // Oda pasional // Ojope kangy // Penera'arôvo // Primaveras I,II,III y IV // Pyhare amangýpe // Regimiento «13 Tujutî» // Reténpe pyhare // Rojas Silva rekávo // Semana Santa // Siete notas musicales // Trayecto de la campaña // Triste tapera // Tu ausencia // Tujami

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